El calentamiento global acaba con la primavera

¿Cómo ha afectado el cambio climático a Rusia y al mundo en general? Fuente: PhotoXpress

¿Cómo ha afectado el cambio climático a Rusia y al mundo en general? Fuente: PhotoXpress

“Prácticamente hemos perdido una estación del año: la primavera”. Estas sorprendentes palabras de Alexander Frolov, jefe del Servicio Federal de Hidrometereología y Medio Ambiente, pronunciadas a finales de enero se recogieron en todos los medios de comunicación rusos. El experto citó como ejemplo el año pasado, cuando durante todo marzo y la mitad de abril siguió haciendo frío y después llegó repentinamente el calor.

El grupo de expertos encabezados por el expresidente de México Felipe Calderón redactó un informe en el que se registra un drástico aumento de los daños causados por anomalías climáticas en todo el mundo: si, por ejemplo, en la década de 1980 se cifraban en 50.000 millones de dólares, en el peor año (en 2005) excedió los 200.000 millones.

Según los autores del informe, se precisarán 14 billones de dólares hasta 2030 para basar la economía mundial en una tecnología ecológica (por ejemplo, baja en emisiones de carbono). Con el paso a nuevas fuentes de energía, muchos países dejarán de depender del petróleo y el gas.

En conjunto, este viraje no es muy ventajoso para Rusia, pues algunos países consumidores pueden dejar de comprar en el futuro petróleo y gas rusos. No es beneficioso tampoco para otros países exportadores, así como para las grandes corporaciones. Sin embargo, Rusia puede beneficiarse del calentamiento global

“Por supuesto, hay zonas que pueden verse afectadas por el calentamiento global también en nuestro país. En las regiones agrícolas  es importante saber cuándo hay que sembrar”, señala Guennadi Menzhulin, profesor de la Universidad Estatal de San Petersburgo, galardonado con el Premio Nobel de la Paz dentro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.

“A los habitantes de las zonas costeras les conviene también pensar en el futuro, pues en ellas se podrían producir inundaciones debido a la subida del nivel del mar. Con todo, no dramatizaría la situación”.

Según Menzhulin, ya hoy se puede hablar del retroceso del permafrost en el norte,  además en el futuro esto ocurrirá a una velocidad de 10-15 kilómetros al año en Siberia occidental y 20-25 kilómetros al año en Siberia oriental y en el Lejano Oriente. Gracias al calentamiento se puede ampliar las superficies agrícolas. Además, a Rusia casi no le afectará la crecida del nivel de mares y océanos.

Se reduce el gasto de energía en calefacción: si el mundo se calienta un grado el periodo de utilización de la calefacción en el norte de Rusia disminuirá en 30-60 días y en el centro y el sur del país en 10-15 días. Sin embargo, en los países de la región Asia-Pacífico aumentará el gasto en aire acondicionado.

La contribución de Rusia a los procesos asociados con el calentamiento global no es demasiado grande: el equivalente a 2.200 millones de toneladas de CO2. Representa cerca del 4% del total de emisiones de dióxido de carbono. La mayoría –aproximadamente el 30%- ocurre en China y en India (su contribución al aumento de las emisiones es todavía mayor, del 80%).

Muchas regiones del mundo actual tienen que afrontar hoy las consecuencias del calentamiento global: la increíble frecuencia de inundaciones catastróficas y sequías, la escasez de agua dulce y olas de calor fuera de lo común. En Rusia fue anómalo el verano de 2010, cuando en todo el país ardieron bosques y muchas ciudades se cubrieron de smog. 

Crecerá la frecuencia de temperaturas extremas. Según las previsiones, estos fenómenos climáticos extremos, que ahora ocurren una vez cada veinte años, en la segunda mitad del siglo XXI, hacia 2060, serán tres o cuatro veces más frecuentes, es decir, sucederán una vez cada siete años y, para 2080, una vez cada cinco o tres años.

El año pasado, muchas regiones del mundo sufrieron sequías acusadas. En junio de 2012, por ejemplo, según el índice Palmer, utilizado en la medición de sequías, el 55% de la zona continental de Estados Unidos se vio azotada por la sequía, la peor en ese país desde 1956.

En Canadá, el verano pasado fue el más caluroso desde que se tienen registros. En la India, en el periodo previo a los monzones, se registró el número más bajo de precipitaciones desde 1901. El nordeste de Brasil afrontó la peor sequía en medio siglo. Europa fue asolada por incendios forestales.

Al mismo tiempo, en Alaska, por ejemplo, el pasado enero fue el más frío en 95 años de registros. Argentina, Reino Unido, China y Pakistán se vieron afectados por graves inundaciones.

Sin embargo, no todos los expertos tienden a dramatizar la situación. Konstantin Ranks, geólogo, experto en modelos de predicción de situaciones extremas, llama la atención sobre la naturaleza cíclica del cambio climático.

“Cada 500 años el clima alterna entre temperaturas más calurosas y más frías. Cuando en el siglo XI los normandos conquistaron Gran Bretaña, se apoderaron de las bodegas: en Inglaterra, en aquella época, la vinicultura era muy próspera, como ahora en el sur de Francia”, dice Ranks.

Yevgueni Tishkovets, jefe especialista del centro metereológico Fobos, señala que “nadie puede calcular cuál será el clima en el próximo siglo”.

“Todo depende de los procesos que ocurran en la atmósfera, cómo nos influirá el cosmos. Sobre la atmósfera influye no sólo la actividad humana, sino toda una serie de factores”, dice el experto.

Publicado originalmente en ruso en Ogoniok.

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