"Puente Kadírov": escándalo en San Petersburgo

El nuevo nombre indigna a los ciudadanos.

El nuevo nombre indigna a los ciudadanos.

Kommersant
La decisión de una comisión toponímica de bautizar un puente con el nombre del líder separatista y primer presidente de Chechenia , el difunto Ajmat Kadírov (padre del actual presidente de la república, Ramzán Kadírov) no ha sentado bien en la ciudad del Neva. Los ciudadanos se preguntan para qué necesita San Petersburgo un puente con el nombre de Kadírov y qué relación tiene este con San Petersburgo.

A mediados de junio, una comisión toponímica otorgó a un puente que atraviesa el canal Dudergof, al suroeste de San Petersburgo, el nombre del primer presidente de Chechenia, el difunto Ajmat Kadírov, padre del actual presidente de la república, Ramzán Kadírov.

En el comité local de cultura aclaran que de este modo los habitantes de San Petersburgo “tienden la mano en señal de paz” al pueblo checheno. Los ciudadanos, indignados porque no se les ha preguntado su opinión, han salido a manifestarse a la calle. En el marco de esta polémica, las principales preguntas lanzadas son para qué necesita San Petersburgo un puente con el nombre de Kadírov y qué relación tiene Kadírov con la ciudad.

Una personalidad ambigua

El gobierno de San Petersburgo reconoce que el asunto no guarda relación alguna con la ciudad, pero sostiene que tampoco es necesario. “San Petersburgo forma parte de Rusia, es la segunda ciudad más importante del país. Y Rusia recuerda y honra la memoria de todos sus héroes. Nuestro país no distingue a sus héroes por su origen étnico” — explica el secretario de prensa del gobernador de San Petersburgo, Andréi Kibítov.

Puente ajmat kadirovGrafiti junto al puente de Kadirov con una imagen de Yuri Budánov, excoronel de las fuerzas armadas que cobró triste fama tras la condena por asesinato de la joven chechena Elsa Kungáeva. Fuente: Kommersant

Ajmat Kadírov luchó durante la Primera Guerra Chechena en las filas separatistas contra los soldados rusos: apoyó el Estado autoproclamado de Ichkeria, que formaba parte del Estado virtual del Emirato del Cáucaso, actualmente una organización terrorista declarada ilegal en Rusia.

Durante la Segunda Guerra Chechena, en 1998, se pasó al bando de las tropas federales y comenzó a entregarles ciudades y pueblos; en 2003 fue escogido presidente de la República de Chechenia y en 2004 fue asesinado por una mina instalada por los terroristas en un estadio. Un decreto del presidente le concedió el título póstumo de héroe de Rusia.

En Chechenia llevan su nombre las calles centrales de las ciudades principales y los centros de distritos, así como plazas, parques, mezquitas, tribunales, institutos, estadios deportivos e incluso un buque de carga. Una calle de Moscú recibió el nombre de Kadírov justo después de su muerte.

No obstante, si bien Moscú acumula mucho de lo que sucede fuera de ella por ser la capital de Rusia, los ciudadanos de San Petersburgo no acaban de entender la relación entre Ajmat Kadírov y su ciudad. “No puede decirse que Kadírov haya vivido aquí ni haya hecho nada bueno por la ciudad. Todo el mundo conoce los llamamientos que hacía y por qué razón cambió de opinión en los últimos años” — comenta el escritor Konstantín Krylov. Los llamamientos de matar “a tantos rusos como sea posible” realizados por Kadírov durante los años 1996-1997 han venido ahora a la memoria de la gente. Estas palabras figuran en sus carteles y en una gran pancarta que colgaron del puente tres días después de que recibiera su nombre.

Una decisión tomada a la ligera

Lo cierto es que la ambigüedad del líder checheno es lo de menos. La gente en la manifestación subrayaba que se reunían “no en contra de los caucásicos ni de los chechenos, sino a favor de la justicia”. Nadie consultó con los ciudadanos esta idea. “Como ciudadano, no te prestan ninguna atención, eres un lugar vacío” — declaraba en una carta abierta el director Aleksánder Sokúrov.

De hecho, la idea del puente Kadírov surgió hace un año y fue propuesta por el diputado de la asamblea legislativa de la ciudad Vitali Milónov, conocido por algunas odiadas iniciativas como la creación de un cuerpo de policía moral formado por cosacos y creyentes.

Sin sentido de la medida

Chechenia aparece cada vez más en el espacio informativo ruso, y casi siempre con noticias negativas, Mijaíl Rémizov, presidente del Instituto de Estrategia Nacional: el ataque contra un autobús en el que viajaban periodistas rusos y extranjeros, los llamamientos de Kadírov hijo para juzgar a todos los opositores “por su actividad subversiva”, los conflictos entre los defensores de los derechos humanos y la policía federal, etc. Entre todo esto, Chechenia ha tomado recientemente el control de la industria petrolera local, algo por lo que luchaban los separatistas y el propio Ajmat Kadírov. Además, el pasado mes de abril el presidente de Chechenia volvió a quejarse ante el presidente por la falta de presupuesto federal.

La expansión chechena se ha hecho demasiado evidente, señala Rémizov, y el asunto del nombre del puente forma parte del trabajo para mejorar la imagen de la república: “Este trabajo es posible y necesario, se han destinado muchos esfuerzos en este sentido, algunos de ellos muy exitosos. Pero en este caso han fracasado. Hay una falta de sentido de la medida en lo que respecta a la promoción de los intereses de Chechenia en el espacio público”.

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El líder de Chechenia, Ramzán Kadírov, se declara como el más fiel partidario y apoyo del presidente de Rusia, Vladímir Putin, pero sus muestras de lealtad, cargadas de extrema virulencia y agresividad contra la oposición liberal, ponen en una situación incómoda al jefe del Kremlin.

 

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