Merkel y Hollande se reúnen con Putin en Moscú

Los europeos presentan un plan de paz para Ucrania. Fuente: Reuters

Los europeos presentan un plan de paz para Ucrania. Fuente: Reuters

El presidente de Francia, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, llegarán este viernes a Moscú para abordar con el presidente ruso, Vladímir Putin, una nueva iniciativa que busca poner término al derramamiento de sangre en Ucrania. El plan podría incluir un reconocimiento del territorio de Lugansk y Donetsk dentro de Ucrania y el envío de fuerzas de paz internacionales.

Merkel y Hollande se reunieron el jueves en Kiev con el mandatario ucraniano, Petró Poroshenko, para exponerle su plan. El presidente francés explicó que la iniciativa, promovida conjuntamente con la canciller alemana, busca redactar un documento que ponga fin a la violencia en Ucrania, sumida en una guerra que “puede convertirse en la total”.

La iniciativa franco-alemana supone el paso más serio de Occidente para detener la guerra. Los encuentros anteriores no han producido resultados tangibles. La reunión anunciada para mediados de enero en Astaná no se llegó a producir y desde Berlín se dio a entender que las partes no llegaron a alcanzar una postura común.

El nuevo plan pretende romper esa dinámica. Según fuentes diplomáticas del periódico Kommersant, la iniciativa franco-alemana se puede resumir en la búsqueda de un alto el fuego sobre una nueva línea de delimitación que no coincide con la establecida en septiembre en los acuerdos de Minsk. El cambio se debe a que en enero las autoproclamadas repúblicas de Dontesk y Lugansk pasaron a la ofensiva y obtuvieron mayor territorio. Las concesiones de Occidente y Kiev podrían consistir en aceptar estos cambios, o la mayoría de ellos. Se espera que la respuesta de Moscú sea ofrecer garantías de que el statu quo territorial no será violado y de que la ofensiva se detendrá.

Por su parte, Angela Merkel y François Hollande también esperan que Moscú y las autoproclamadas repúblicas reconozcan que continúan siendo parte de Ucrania, aunque solo sea de manera formal. El presidente francés subrayó que el plan se basa en la territorialidad de Ucrania y el ministro de Exteriores ucraniano declaró ayer que cualquier negociación sobre un "status especial para Donbass" se hará solamente bajo estas condiciones.

Otro de los puntos del plan podría ser el alejamiento de la línea de fuego con armas pesadas, algo con en principio están de acuerdo todas las partes. Además, se habla también de la participación de fuerzas de paz internacionales y del establecimiento de un "control efectivo" en la frontera ruso-ucraniana, en la parte de los territorios de Donetsk y Lugansk. Este último punto puede resultar más problemático.

"El viaje a Kiev y seguidamente a Moscú de los dos líderes europeos es una muestra de que el conflicto ucraniano ha llegado a su culminación. La decisión de Hollande y Merkel de reunirse de manera urgente con los líderes de Rusia y Ucrania está vinculado a la creciente posibilidad de que Kiev reciba armas letales. Europa quiere transmitir a Moscú las profundas implicaciones de estos nuevos riesgos, que pueden llevar al conflicto a una nueva fase. El conflicto puede quedar totalmente fuera de control y suponer que haya una guerra grande en Europa", declaró a Kommersant Arkadi Moshés, director del programa ruso del Instituto Finlandés de Relaciones Internacionales. Según su opinión, Hollande y Merkel pueden ofrecer a Moscú que se convierta en un garante de “Minsk 2”, un nuevo acuerdo que congele el conflicto y reconozca las nuevas líneas de demarcación.

“Van a exigir a Moscú que garantice el cese del fuego por parte de los separatistas, a cambio de que el Occidente reconozca de facto la ampliación del territorio de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk”, considera Arkadi Moshés.

Según él, la propuesta del nuevo acuerdo es más favorable para Donetsk y Lugansk, pero se trata de un beneficio condicional. “El control sobre unos kilómetros cuadrados adicionales de tierra devastada por el fuego no cambia nada sustancial y no permite a ninguna de las partes cumplir sus objetivos estratégicos. Por lo visto, Angela Merkel y Francois Hollande tratan de hacer llegar esta idea a Moscú, explicando el absurdo de la  nueva ofensiva”.

“La situación en el este de Ucrania pueden cambiar de manera radical si los EE UU y los países europeos de la OTAN comienzan a suministrar armas letales a las tropas gubernamentales”, explica a Kommersant Serguéi Stankevich del Fondo Anatoli Sobchak. “Desde ese momento un conflicto local y relativamente controlable se convertirá en un conflicto total e incontrolable en el que se utilizan todo tipo de armas modernas. La visita urgente de Angela Merkel y François Hollande a Kiev y Moscú es una señal inequívoca de que finalmente Europa está lista para formar un grupo de mediadores con el objetivo de evitar una escalada del conflicto. La solución política puede pasar por la reintegración de Donetsk y Lugansk en Ucrania, pero con el reconocimiento de una amplia autonomía.  No es descartable que se formen unas fuerzas de paz bajo la égida de la ONU para el proceso de transición necesario que implica el cese de las operaciones de guerra”.

Simultáneamente con el viaje no programado de Hollande y Merkel a Ucrania, ayer comenzó su visita a Kiev el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.

Los medios de prensa franceses con anterioridad señalaron que precisamente para evitar que EE UU envíe armas a la nación eslava es que viajan Merkel y Hollande a Moscú. El Gobierno alemán ha declarado en múltiples ocasiones que dichos suministros solo avivarían la llama del conflicto en Ucrania.

Las autoridades de Kiev iniciaron en abril del año pasado una operación militar contra los independentistas del este del país que se negaron a reconocer el golpe de Estado de febrero.

Según los últimos datos de la ONU, más de 5.300 civiles han perdido la vida en el conflicto.

Las partes intentaron en varias ocasiones llegar a acuerdos con mediación de Rusia y la OSCE.

Los acuerdos alcanzados condujeron a una reducción considerable de la intensidad de los combates, sin embargo, desde el 9 de enero, y tras varios intentos infructuosos de alto el fuego, las hostilidades en Ucrania del este se reanudaron.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia considera que los últimos sucesos en Donbass confirman los temores respecto a las intenciones de Kiev de hallar una solución militar al conflicto.

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