Fuente: AFP / East News
Victoria tiene algo más de 40 años y cree que Lenin fue el destructor de un enorme país; para ella Lenin no es un personaje positivo. Mientras que para Yulia, de 35 años, se trata de un héroe y un genio político. “El cuerpo de Lenin no es un objeto de muestra sino una leyenda, como la de los faraones”, dice.
Anna tiene poco más de 20 años. Para ella Lenin es parte de un pasado que desapareció hace mucho tiempo y no le parece que tenga demasiado sentido mantener el mausoleo de la Plaza Roja. “No me parece interesante ni desde un punto de vista histórico ni arquitectónico, al contrario de, por ejemplo, la Catedral de Cristo Salvador. Me desagrada pensar que hay un cuerpo momificado. Creo que el embalsamiento es un insulto a la memoria de una persona muerta, un show”.
Para Alexander, de 30 años, Lenin simplemente es una persona que organizó un golpe de Estado. La mayoría de los rusos lo describe como una figura histórica, sin ninguna emoción especial.
Según una encuesta del Levada center de mayo del 2013, alrededor del 55% de los rusos tienen una opinión positiva o favorable, el 18% una negativa, el 16% estaba indeciso y el 1% no sabía quién era.
En lo que respecta a los líderes políticos, el que recibe los mejores resultados es Leonid Brezhnev, dirigente soviético de los años 70, mientras que el peor valorado de los mandatarios soviéticos es Mijaíl Gorbachov.
En 2011 el Levada center realizó otra encuesta sobre Lenin y entonces la mayoría se inclinó por decir que “la memoria de Lenin quedará en la historia, pero nadie seguirá su camino” (34%), y solo el 5% declaró que sus ideas tenían futuro.
Por su parte, el 40% cree que el cuerpo debería enterrarse.
Símbolo de una era pasada
Borís Yakemenko, profesor de historia rusa en el Universidad de la Amistad de los Pueblos, está convencido de que la importancia de Lenin como figura histórica disminuye de manera constante.
“Actualmente nadie puede decir que la figura de Lenin influya en la manera de pensar o en el sistema de valores de la mayoría de los rusos. Se ha convertido en una figura histórica más, no muy diferente de los demás. Es interesante estudiarlo pero en la actualidad su experiencia ya no es relevante. En general la gente no sabe mucha historia. Trabajo en la universidad y veo que para mis estudiantes Lenin no significa nada. Sí, es cierto que fue el líder de la revolución y que creó el Estado soviético, pero eso es todo. Al contrario que Stalin, no está asociado con una serie de eventos trágicos por los que pasó el país”.
Según Yakemenko, los escolares actuales confunden a Lenin una figura del mundo del cómic. “Para ellos ni tan siquiera es una figura histórica. Los adultos tienen numerosas discusiones sobre Lenin pero nadie lo defiende como una persona que haya configurado sus valores. Para la generación más mayor Lenin es un símbolo de lo mejor que tuvieron en un vida, un símbolo de un pasado feliz. Simplemente no lo pueden abandonar”.
En relación al acalorado debate sobre el futuro del mausoleo y el cuerpo de Lenin, el historiador cree que hace falta tomar una decisión política, que solamente se llevará a cabo cuando haya desaparecido la generación más mayor. “Creo que más adelante tendrá sentido llevar el mausoleo fuera de Moscú, a la casa en la que vivió, en Gorki. De esta manera se podría preservar como museo y se terminaría el debate acerca de lo que hacer con el cuerpo. Pero en cualquier caso, esto solo se podrá hacer cuando la generación que lo ve como un símbolo ya no esté entre nosotros. Actualmente esta cuestión es motivo de especulación política”, declaró Yakemenko.
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