Los canales de Telegram se lanzaron en septiembre de 2015 y son similares a los blogs.
ReutersA mediados de enero en el canal federal Rossía 24 tuvo lugar una escena algo extraña. Tres periodistas hablaron por Skype con un hombre con pasamontañas que contestaba lacónicamente a sus preguntas con una voz alterada por ordenador. El hombre se presentó como “Nezygar”, autor del canal de Telegram homónimo en el que se publica, según él, “información de expertos” sobre la política rusa.
El nombre “Nezygar” alude al apellido del periodista político ruso Mijaíl Zygar, autor del libro “Todas las huestes del Kremlin”, en el que Zygar explica al detalle las peripecias de la política rusa basándose en entrevistas anónimas. El autor del canal de Telegram actúa de un modo similar, por lo que desde un principio ha intentado subrayar que no es Zygar (en ruso “ya ne Zygar” significa “no soy Zygar”). Nadie sabe cuál es su identidad.
Al día siguiente, en el canal de Nezygar apareció una publicación en la que asegura que no lleva pasamontañas y que no da entrevistas, por lo que el invitado de Rossía 24 era un impostor.
Nezygar, que apareció en noviembre de 2015 y actualmente cuenta con unos 29.000 seguidores, es el canal de Telegram anónimo sobre política más popular pero no el único. Nezygar no solo comenta las dimisiones y los nombramientos de políticos, describiendo al detalle la lucha entre las distintas agrupaciones del gobierno, sino que también comparte brillantes predicciones, como por ejemplo que en otoño de 2017 la FIFA privará a Rusia del mundial de fútbol.
Otro importante canal anónimo, Metodichka (13.500 seguidores), está especializado en describir los “trapos sucios” del gobierno, el parlamento y otros departamentos con excursos a la historia y citas exclusivas que no han aparecido anteriormente en los medios de comunicación.
Estos últimos muestran un interés especial por Telegram. El periódico regional Ura.ru señala, citando a fuentes internas, que Nezygar y Metodichka tienen como seguidores a ministros y gobernadores, que siguen más de cerca las publicaciones de canales influyentes que las de los medios de comunicación.
Los políticos regionales, según comenta a Ura.ru el despacho de un gobernador, leen las cuentas anónimas de Telegram para enterarse de lo que sucede a nivel federal. “Los directivos del Kremlin no nos muestran lo que sucede internamente ni piden consejo a las élites regionales”, comenta la fuente del periódico. Y los canales de Telegram, aunque no la más fiable, son al menos una fuente de información.
Algunos autores de canales populares sobre política no ocultan sus nombres. El más conocido de ellos es Davydov.Index, del politólogo Leonid Davýdov (20.500 seguidores). En una entrevista para Lenta.ru, Davýdov aclara que no necesita ser anónimo, ya que los textos de una persona que tiene un nombre y una reputación son más creíbles.
Al mismo tiempo, Davýdov reconoce que sus compañeros anónimos tienen más libertad: “Evidentemente, al tener un canal con mi nombre no puedo cruzar ciertos límites. Algunos opinan que es autocensura, pero yo lo llamo sentido común”. Nezygar o Metodichka no tienen estos límites. A menudo las publicaciones dedicadas a algunos políticos contienen información comprometedora importante que no va acompañada de documentos probatorios. Los periodistas anónimos jamás revelan sus fuentes.
A pesar de que demostrar la veracidad de las publicaciones de Nezygar o Metodichka es realmente imposible, su popularidad no hace más que crecer. Los expertos lo atribuyen al hecho de que la política rusa es extremadamente hermética y el lector busca cualquier fuente, especialmente las que aseguran tener información privilegiada.
“El déficit de información provoca que hasta las noticias más increíbles suenen creíbles”, opina el politólogo Mijaíl Kariaguin. Otro politólogo, el profesor del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú Valeri Solovéi, está de acuerdo con Kariaguin: “El gobierno del Kremlin es muy reticente a ofrecernos información sobre lo que se propone. Y la gente tiene la necesidad de saber, por lo que se dirige a cualquier fuente capaz de ofrecerle esta información”.
El experto también señala que los canales anónimos de Telegram se construyen alrededor de “filtraciones”, por lo que dan al lector la sensación de estar envuelto en un secreto, y esto suele tener siempre éxito. “La gente cree que si un canal de Telegram es anónimo, siempre será más preciso y fiable que las fuentes oficiales y no anónimas” –opina Solovéi-. Este principio también funciona cuando los medios de comunicación tradicionales citan a “fuentes internas”, pero en el caso de Telegram esto llega a un auténtico apogeo”.
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