La UE teme una 'Grecia rusa'

Alexis Tsipras. Fuente: EPA

Alexis Tsipras. Fuente: EPA

Los medios occidentales han puesto el grito en el cielo ante la visita de Alexis Tsipras a Moscú. En muchos casos parece que los temores de la UE parece que están alentados por prejucios antirrusos.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, emprende el 8 de abril su primer viaje oficial a Moscú con el objetivo de fortalecer las relaciones entre los dos países. En medio de las negociaciones que el Gobierno griego mantiene con los socios europeos, Tsipras abordará durante su visita de dos días a Moscú temas como la cooperación bilateral en los ámbitos de la economía, la energía, el comercio, la agricultura y la educación. El ministro del Interior griego, Nikos Vutsis, en una entrevista reciente al semanario alemán Der Spiegel, declaró que iba a mantener conversaciones con Rusia y China si no se logra un acuerdo con Europa. El ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, salió al paso ayer para recalcar que Grecia no contempla pedir ayuda financiera a Rusia y aseguró que la crisis económica helena debe ser resuelta exclusivamente en el marco de la UE.

 

Antes de su visita a Moscú, el primer ministro griego Alexis Tsipras recibió una advertencia por parte del periódico británico Financial Times uno de las referencias en en el mundo de los negocios. “Tsipras no encontrará su salvación en Moscú”, decía el titular del artículo, publicado dos días antes de la visita del jefe del gobierno griego a la capital rusa.

En un reportaje del canal Euronews, una representante de la UE recordaba a Grecia que es miembro de la UE y forma parte de la eurozona, así que no debe coquetear con Rusia. El periodíco británico The  Guardian destacó, al recibir el primer mensaje de la visita de Tsipras a Moscú, que la secretaria de Estado de EE UU para Europa, Victoria Nuland, iba a hacer una visita a Atenas. Nuland fue una de las principales patrocinadoras del Maidán en Kiev el año pasado. Además, no oculta que trató de convencer a Tsipras para no hacer amistad con Rusia. 

Parece que la UE cree que en la visión apocalíptica de Zbigniew Brzezinski, exconsejero de Seguridad Nacional de EE UU durante el gobierno de Jimmy Carter. En una entrevista a los medios estadounidenses Bzezinski dijo que “Grecia, que se ha vuelto amigo de Moscú, puede paralizar la capacidad de la OTAN de reaccionar a la agresión rusa”.

Medios europeos repiten constantemente que Tsipras llega a Moscú un mes antes del evento al que ha sido invitado. Llegará el 8 de abril mientras que recibió una invitación para el 9 de mayo –  día del 70 aniversario de la victoria sobre el nazismo.

Tsipras probablemente tendrá que verse con Merkel dos veces entre estas dos visitas. La UE y EE UU llevan unos meses chantajeando a Grecia con no facilitarle un nuevo tramo de ayuda. Resulta que el chantajista arriesga con encontrarse en una situación aterradora. No vaya a ser que Moscú rescate a Grecia y esta salga del control de Berlín. Entonces la ira de los partidarios de Brzezinski caerá sobre la cabeza de Merkel, ¿cómo se atrevieron a permitir que Grecia no picara “el anzuelo de la deuda”?

Todos estos “chantajes” son frutos de la imaginación rusofóbica de la UE y EEUU. Y ahora estas fobias se dan en contra de sus autores, los políticos europeos como Merkel.

Sí, Rusia volvió a incorporar Crimea, ¿pero después de qué sucesos? Después de que los políticos de EE UU y UE realizaron abiertamente un golpe de Estado.

La historia de miedos europeo-estadounidenses ante la visita de Tsipras parece cómica. Pero esta comedia tiene tintes de tragedia, la que afectó a Grecia (y en menor escala otros países del sur de la Eurozona) en los últimos años. Radica en lo siguiente: en lugar de combatir una amenaza real la UE lucha contra amenazas ficticias, creadas por su propia ideología.

En vez del recordar la Segunda Guerra Mundial y el poder aterrador del nazismo, que está en auge en Ucrania, la UE lucha contra las visitas a Moscú de los jefes de estados soberanos para el 9 de mayo. En vez de luchar contra el terrorismo religioso y el califato de los fanáticos, la UE lucha contra el régimen no democrático, pero laico al Asad en Siria. En lugar de combatir la pobreza en Grecia, Italia y España, Bruselas apuntó a los gasoductos rusos de Siberia, que por cierto, se dirigen a las empobrecidas Grecia e Italia.

Cuando no se ataca al enemigo, sino a blancos en su propio campo, la pérdida es inevitable. Ahora parece que la UE está más preocupada por no dejar que el gobierno griego realice su propio plan de ayuda. Sería mejor pensar en cómo realizar una política fiscal y presupuestaria dentro de la UE que protegiera al euro de nuevas tormentas.

Pero a lo mejor la UE no puede hacerlo de otra forma. Esto no cuadra con la ideología según la cual Rusia es su enemiga. La política exterior e interior están vinculadas entre sí. Existen muy pocos casos en la historia cuando se ha logrado combatir las amenazas fantasmales en el extranjero llevando a cabo una política económica razonable en su propia casa.

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