Los cambios que necesita la política económica rusa

Dibujado por Serguéi Yolkin

Dibujado por Serguéi Yolkin

El exministro de Finanzas ruso explica cómo podría mejorar Rusia su clima de negocios y motivar a los emprendedores, con el fin de crear un nuevo modelo económico.

Dibujado por  Serguéi Yolkin

Nuestra economía necesita simplicidad y predictibilidad urgentemente. Paradójicamente, se trata de buenas noticias, por muy incómodas que puedan parecer. El anterior modelo económico, basado en los beneficios de la exportación de hidrocarburos y en el crecimiento anual de los gastos públicos en un 20-40%, no garantiza el ritmo de crecimiento necesario. 

Al mismo tiempo, todos los intentos de disipar el crecimiento mediante inyecciones de dinero público se topan con la baja efectividad de este tipo de gastos.

Los proyectos nacionales y programas de modernización de la sanidad y otros sectores han dado pocos resultados. El nuevo modelo deseado no debería consistir en una continuación del estímulo de la demanda mediante todo tipo de métodos "originales", sino en tareas triviales como el aumento de la competencia, la calidad del trabajo y los servicios, la ampliación de la efectividad de la inversión garantizada por una reducción de los riesgos en la economía rusa y la reducción de las tasas de interés a través de la reducción de la inflación.

No hay necesidad de apresurarse, lo que hay que hacer es conseguir una auténtica reducción de los riesgos y un aumento del atractivo de la economía de Rusia, paso a paso. 

Un principio básico, pero no por ello menos obligatorio, de la política económica (repito: económica, no presupuestaria) es que el crecimiento de los gastos no debe superar el de los ingresos en términos reales. Sin embargo, el año pasado los ingresos crecieron en comparación con el año 2008, anterior a la crisis, un 3,5%, mientras que los gastos crecieron un 27%.

Para los negocios, incluidos los bancos de inversión, este desequilibrio llevará a un inevitable aumento de la deuda o de los impuestos. Los precios del petróleo bajarán a medio plazo, y entonces la lógica de la regla presupuestaria introducida por el gobierno parecerá justificada.

Pero las recientes negociaciones sobre su revisión están socavando la confianza dentro del mundo empresarial, ya que este apoyó la introducción de la regla. Yo me reúno a menudo con responsables de bancos de inversión: entre sus mayores preocupaciones se encuentra el debilitamiento de la política monetaria y de crédito, la revisión de la regla [presupuestaria] y el fracaso en la reducción de la inflación. 

El gobierno, en su pronóstico hasta el año 2030, asume como posibles escenarios "innovadores" y "forzados" un debilitamiento sustancial de la política monetaria y de crédito y un crecimiento de los gastos públicos, así como un crecimiento de las reservas internacionales, lo cual excluye una política destinada a reducir la inflación.

De hecho, el gobierno ha confirmado los pronósticos de la anulación de esta política, aunque esto es competencia del Banco Central. Esto significa que no se llevará a cabo la política dedicada a la inflación, por lo que las compañías deberán incluir los correspondientes riesgos en sus planes. 

El clima de los negocios no se limita a la economía. Las restricciones legislativas en la vida social y política están provocando en la clase emprendedora activa una sensación retorno a la peor época de la era soviética.

La situación de las ONG se percibe como una supresión de la sociedad civil. Aunque esta es precisamente la categoría de personas con las que contamos para la inversión y la innovación: la modernización debería tener aliados entre la clase activa. Hasta ahora, según las últimas informaciones sobre el seguimiento global de la capacidad emprendedora, el porcentaje de rusos con el deseo de emprender su propio negocio asciende únicamente al 2,2%. Este es el peor resultado desde el año 2006 y constituye casi la mitad del 4,3% de los ciudadanos con negocio propio de 2012. 

Si necesitamos una transición a un nuevo modelo, tiene que estar bien organizada. El cambio en la política debe planificarse con precisión. Además, en tanto que no estamos hablando de una actividad de cara a la galería, sino de un trabajo de calidad, alguien deberá hacerse responsable de esta calidad. Debe emerger una masa crítica de dirigentes del gobierno que se ocupe de algo más que de su propia supervivencia en su puesto. Y esto queda ya lejos de ser una tarea trivial.

Alexéi Kudrin, fue ministro de Economía de Rusia entre el año 2000 y el 2010. Actualmente es  presidente del Comité de Iniciativas Civiles.

Artículo publicado originalmente en ruso en Kommersant.

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