El presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó hoy al Gobierno preparar un nuevo programa de rearme hasta 2025, que complementará al ya vigente, cuyo principal objetivo es mantener la paridad nuclear con EEUU.
"Las Fuerzas Armadas y otras unidades deben recibir armamento y equipos modernos que les permitan defender eficazmente a Rusia de las potenciales amenazas militares", dijo Putin, citado por medios rusos.
Putin ordenó al Ejecutivo que prepare en breve sus primeras propuestas y que, antes del 1 de julio de 2017, presente el proyecto para su aprobación definitiva.
Admitió que la elaboración del nuevo programa de rearme tuvo que ser aplazada durante dos años, decisión que los expertos relacionaron con la profunda recesión en la que se encuentra sumida la economía nacional desde finales de 2014.
El líder ruso insistió en que el nuevo programa debe seguir los pasos de su antecesor y en que "todos los compromisos presupuestarios y los planes en el ámbito de defensa y seguridad estatal deben ser cumplidos sin remisión".
Putin ha defendido el costoso programa de rearme, pese a la crisis económica, aduciendo que un Ejército moderno es garantía no sólo de la defensa nacional, sino de la independencia de la política exterior del país.
El ala liberal del Gobierno ha abogado, sin embargo, en numerosas ocasiones por disminuir los gastos en defensa para mantener intactos los programas sociales.
En el marco del programa de rearme hasta 2020, Putin ordenó reforzar el presupuesto para modernizar las Fuerzas Armadas, en especial sus misiles balísticos de emplazamiento marítimo (Bulavá) y su flota de buques y submarinos, la más afectada por la desintegración soviética.
Putin no ha dudado en calificar de "impresionantes" estos planes de rearme del Ejército, que recibirá varias decenas de misiles intercontinentales capaces de superar el escudo norteamericano.
Los planes militares de Estados Unidos y la expansión de la OTAN hacia sus fronteras son las principales amenazas incluidas en la doctrina militar aprobada en 2014 por Putin.
El jefe del Kremlin mantiene que Rusia responderá a las amenazas pero no se verá abocada a una carrera armamentista como durante la Guerra Fría, proceso que, según muchos analistas, provocó el hundimiento de la Unión Soviética.
Además, a finales de 2015 Putin aprobó una nueva estrategia de seguridad nacional hasta 2020 que permite, en caso de que la diplomacia no surta efecto, el uso de la fuerza para la defensa de los intereses nacionales.
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