El presidente ruso, Vladímir Putin, se reunirá con al menos una decena de líderes de todo el mundo en los próximos cuatro días, durante los cuales acudirá al Foro Económico de Oriente, en Vladivostok, y a la cumbre del G20 en China.
El jefe de Kremlin, que ya se encuentra en Vladivostok, inaugurará mañana el Foro Económico que acoge esa ciudad fronteriza con China, en un acto en el que le acompañarán el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye.
El mandatario ruso mantendrá reuniones bilaterales con su homóloga surcoreana y con el jefe del Gobierno nipón, en este caso por segunda vez en menos de cuatro meses.
Los dos líderes volverán a poner sobre la mesa la normalización de la relaciones entre los dos países, enfrentados desde el final de la Segunda Guerra Mundial por la soberanía de las Islas Kuriles, bajo control de Rusia tras el conflicto armado ruso-japonés de 1945.
Pese a esta disputa, que ha impedido hasta ahora la firma de un tratado de paz entre Tokio y Moscú, las dos naciones apuestan por reforzar las relaciones bilaterales, con grandes proyectos de inversiones y la puesta en marcha de nuevas iniciativas conjuntas.
Al día siguiente, Putin partirá hacia la ciudad china de Hangzhou, donde participará entre los días 4 y 5 en la cumbre de líderes del G20.
Nada más aterrizar en China, el jefe del Estado ruso se reunirá con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, en el que será el primer encuentro entre ambos.
Moscú, que mantenía excelentes relaciones con la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, otorga una gran importancia a la reunión y en general a las relaciones con Buenos Aires tras el cambio de poder en el país latinoamericano.
El mismo sábado, Putin también se reunirá con su colega turco, Recep Tayip Erdogan, para volver a escenificar la renovada amistad que exhiben tras sellar las paces hace menos de un mes en San Petersburgo.
Los proyectos de una central nuclear rusa en Turquía, la primera de este tipo en la historia de ese país, y el gasoducto Turkish Stream, que debe llevar gas ruso a Europa por el fondo del mar Negro y a través del territorio turco, serán los principales temas a tratar, adelantó el Kremlin.
Después de que los turcos derribaran en noviembre de 2015 un cazabombardero ruso en la frontera turco-siria, Moscú y Ankara hicieron las paces pese a seguir enfrentados por Siria, el apoyo ruso a los kurdos y la represión de los tártaros de Crimea.
Pese a que tampoco está en la agenda de Putin anunciada por el Kremlin, se da por descontado que el presidente ruso hablará en algún momento con su colega estadounidense, Barack Obama, para tratar el conflicto sirio, en el que ambos países también mantienen posiciones enfrentadas.
También para el sábado está programada la primera reunión entre Putin y la nueva primera ministra británica, Theresa May, un encuentro en el que el Kremlin deposita muchas esperanzas para insuflar vida en las prácticamente inexistentes relaciones entre Moscú y Londres.
La agenda de Putin para ese día también prevé un cara a cara con el presidente chino, Xi Jinping; un encuentro con el presidente francés, Francois Hollande, para tratar la crisis en Ucrania; y por último, una cumbre con los líderes de BRICS, organización integrada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
El lunes, 5 de septiembre, el jefe del Kremlin cerrará su viaje a Oriente con una reunión con la canciller alemana, Angela Merkel, con la que también hablará sobre Ucrania; y con un encuentro con el líder egipcio, Abdelfatah al Sisi, para tratar entre otros asuntos del conflicto en Siria.
En algún momento de la cumbre del G20 está prevista una reunión entre el presidente ruso y el más poderoso príncipe saudí, Muhammad bin Salmán, ministro de Defensa y viceprimer ministro de su país.
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