Rusia suministró hoy seis toneladas de ayuda humanitaria a un orfanato de Alepo, la segunda ciudad siria, a través de los corredores abiertos conjuntamente por el Ejército sirio y la aviación rusa.
El destino de la ayuda eran los más de 500 huérfanos que están acogidos en ese centro fundado hace casi un siglo y cuyo personal ha sido contratado por organizaciones internacionales.
"Durante la última jornada no ha habido ataques sobre la ciudad", señaló Amir Demlikamov, portavoz del Centro Ruso de Reconciliación, a medios rusos.
El orfanato ha casi duplicado el número de niños que alberga durante los más de cinco años de guerra en Siria, según informó el subdirector, Haldun Sukar.
"En Alepo nunca hubo tantos huérfanos. Intentamos acoger, vestir y alimentar a todos los niños. También ofrecemos ayuda médica y psicológica", dijo.
Sukar, dijo que el centro se ha convertido también en una escuela y destacó que la ayuda humanitaria rusa servirá para alimentar al medio millar de niños durante un mes.
Esta semana Rusia apoyó la propuesta del enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, de declarar una tregua de 48 horas en Alepo que facilite el suministro de ayuda humanitaria a la población que se encuentra sitiada.
El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, precisó que Moscú está dispuesto a declarar la primera tregua la próxima semana, para lo que subrayó que se necesitan "garantías de seguridad" por parte de EEUU.
La pausa humanitaria no sólo se reduciría a la entrega de alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad, sino a la reparación de las redes básicas de suministro "destruidas como resultado de los ataques de los guerrilleros".
Rusia está dispuesta a coordinar con las autoridades sirias las medidas para garantizar la seguridad de los convoyes a su paso por el territorio controlado por las fuerzas gubernamentales.
El Kremlin anunció a finales de julio el inicio de una operación humanitaria en Alepo en colaboración con el Ejercito sirio que se proponía abrir corredores humanitarios para que los civiles puedan abandonar la ciudad y los guerrilleros que lo deseen depongan las armas.
No obstante, la oposición armada y algunas cancillerías occidentales alertaron de que la operación podía ser la antesala de un asalto militar contra la segunda ciudad siria, que, según diversas fuentes, acoge a más de 10.000 combatientes, entre guerrilleros contrarios al régimen del presidente Bachar al Asad y yihadistas.
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