Rusia apoyó hoy la propuesta del enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, de declarar una tregua de 48 horas en Alepo para facilitar el suministro de ayuda humanitaria a la población que se encuentra sitiada en esa ciudad.
"El ministerio de Defensa ruso está dispuesto a apoyar la propuesta (...) de Staffan de Mistura sobre una 'pausa humanitaria' de 48 horas", declaró el portavoz del ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, a medios locales.
El general ruso precisó que Moscú está dispuesto a declarar la primera tregua la próxima semana, para lo que subrayó que se necesitan "garantías de seguridad" por parte de Estados Unidos.
"Las fechas y horas concretas se determinarán cuando recibamos de manos de Naciones Unidas la información sobre cuándo estarán preparados los convoyes humanitarios", señaló.
La pausa humanitaria no sólo se reducirá a la entrega de alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad, sino a la reparación de las redes básicas de suministro "destruidas como resultado de los ataques de los guerrilleros".
Rusia está dispuesta a coordinar con las autoridades sirias las medidas para garantizar la seguridad de los convoyes a su paso por el territorio controlado por las fuerzas gubernamentales.
"A su vez, esperamos garantías análogas por parte de Estados Unidos al paso de los convoyes por territorio bajo control de la oposición moderada", comentó.
Konashénkov propuso enviar la ayuda humanitaria por dos vías, la primera de las cuales lleva desde la ciudad turca de Gaziantep por la carretera de Castello hasta los barrios orientales de Alepo controlados por los rebeldes
La otra enlaza la localidad siria de Handrat con los distritos occidentales de Alepo, donde tiene sus posiciones e Ejército sirio, que cuenta con el apoyo de varias milicias.
"Pedimos una pausa (en los combates) de al menos 48 horas, insistimos en esto para hacer algo que sea mínimamente significativo para Alepo. Estamos listos para actuar", aseguró hoy De Mistura
El diplomático aseguró que los dos millones de civiles que viven en Alepo necesitan con urgencia una pausa humanitaria, pero lo mismo ocurre con los habitantes de las otras dieciocho localidades cercadas, donde viviría otro medio millón de personas.
Rusia anunció a finales de julio el inicio de una operación humanitaria en Alepo en colaboración con el Ejercito sirio que se proponía abrir corredores humanitarios para que los civiles puedan abandonar la ciudad y los guerrilleros que lo deseen depongan las armas.
No obstante, la oposición armada y algunas cancillerías occidentales alertaron que la operación podía ser la antesala de un asalto militar contra la segunda ciudad siria, que, según diversas fuentes, acoge a más de 10.000 combatientes, entre guerrilleros contrarios al régimen del presidente Bachar al Asad y yihadistas.
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