Industria militar: estrategia y doctrinas defensivas de Rusia (II)

El 26 de julio de 2015, el presidente Vladimir Putin promulgó en un decreto la versión actualizada de la Doctrina Marítima, que según el subsecretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Mijail Popov, defiende los intereses del país y sus posiciones como potencia oceánica.

La actual redacción restaura la presencia de la Armada rusa en el mar Mediterráneo y considera una prioridad su reforzamiento en el océano Atlántico y en el Ártico, zona esta última en la que se busca disminuir las amenazas a la seguridad nacional y fortalecer el liderazgo de Moscú en el desarrollo de esa región.

El texto presta atención al transporte marítimo y fluvial, el funcionamiento de las tuberías submarinas estratégicas, así como a la política naval que se debe aplicar en el Ártico, la Antártida, los océanos Índico, Atlántico y Pacífico, y los mares Mediterráneo y Caspio.

Popov explicó que al definir los Fundamentos de la Política estatal para el funcionamiento de la Marina de Guerra hasta 2030, por primera vez esta doctrina dedica especial atención a la construcción naval, teniendo en cuenta que resulta imposible llevar a cabo una política independiente sin un desarrollo de este sector.

Al respecto, Dmitri Rogozin, viceprimer ministro a cargo del sector defensivo y de la industria estratégica, informó recientemente que a tenor de la Doctrina Marítima actualizada la flota rusa de rompehielos nucleares será revitalizada.

En tal sentido, precisó el vicetitular que se prevé construir tres navíos de este tipo en 2017, 2019 y 2020.

La dimensión ambiental del documento se refleja en la exigencia de garantizar la seguridad ecológica en la explotación de los recursos marítimos y oceánicos, igual que en la solución de los problemas sociales del personal vinculado al mar y en la formación de nuevos recursos humanos.

En el plano internacional, la nueva versión de la Doctrina orienta establecer una estrecha cooperación de la Armada de Rusia con las de China y la India.

Las fuentes comentaron que cambios ocurridos en el escenario mundial como el surgimiento de desafíos a la seguridad, nuevas vertientes de la investigación científica y las tecnologías obligaron a enmendar la Doctrina Marítima, aprobada en 2001.

Desde entonces, Rusia se incorporó de manera más amplia a la economía global, y simultáneamente se intensificó la competencia por el control de los recursos oceánicos y en el transporte de cargas por vía marítima.

El viceministro ruso de Defensa Dmitri Bulgákov informó que esa cartera cerró 2015 con 437 objetivos de la infraestructura militar de Rusia concluidos en la zona del Círculo Polar Ártico.

En alusión a las obras edificadas en los archipiélagos de Nueva Zembla, Tierra de Francisco José, del Norte, las Islas de Nueva Siberia y Chukotka, aclaró el general que Moscú no militariza esa región.

Subrayó, sin embargo, que se prepara para responder a una amplia gama de amenazas potenciales que exigen una continua presencia castrense.

El estado eurasiático intensificó la exploración de sus zonas septentrionales respecto a la producción de hidrocarburos y con vista a la denominada ruta del Norte que se vislumbra como la más corta y rápida entre Europa y Asia en medio del acelerado deshielo provocado por el cambio climático.

De acuerdo con estimados, en los próximos años esa vía reducirá en un 23 por ciento los viajes entre el Lejano Oriente de Rusia y Tokio o Nueva York.

Simultáneamente, el Kremlin aprobó un conjunto de medidas de carácter castrense para defender sus intereses en los territorios permanentemente congelados, que atraen cada vez más los intereses de los países de la OTAN.

Moscú reclama en el Ártico una superficie en forma de triángulo de 1.2 millones de kilómetros cuadrados con límites en su línea costera norte, la frontera noruega al oeste y hasta el estrecho de Bering por el este.

En esta área, equivalente a la extensión de Alemania, Francia e Italia juntas, se estima que existen reservas de unos 100 mil millones de toneladas de petróleo y gas natural, es decir, entre el 25 y el 33 por ciento del volumen disponible hoy a escala global.

Se calcula, asimismo, en decenas de miles de toneladas la existencia de diamantes, níquel, oro y estaño, que Dinamarca, Noruega, y en especial Estados Unidos y Canadá, disputan a Rusia.

Recientemente el mando de la Armada estadounidense presentó un nuevo proyecto destinado a mantener una presencia global superior de la Marina de Guerra de Estados Unidos por delante de la de sus principales competidores en este escenario, Rusia y China, comentó la publicación The National Interest.

Pese a que el presupuesto militar del Pentágono es de 581 mil millones de dólares (36 por ciento del total mundial) y el de Rusia de 70 mil millones de esa moneda (cuatro por ciento de todo el gasto militar planetario), los mandos castrenses norteamericanos están preocupados por la respuesta asimétrica de Moscú mediante la innovación tecnológica en este terreno.

Según la publicación, el almirante jefe de Operaciones Navales de la Secretaría de Defensa estadounidense, John Richardson, advirtió que Moscú y Beijing avanzaron en el desarrollo de su poderío militar para actuar como potencias mundiales.

Indicó el experto que los objetivos de ambos adversarios están respaldados por un creciente arsenal de capacidades de combate de alta gama, muchas de las cuales "se centran especialmente en nuestras vulnerabilidades".

Tras esa advertencia, el almirante insistió en que la Armada debe mejorar el entrenamiento, la coordinación entre sus bases y colaborar con otras fuerzas, organismos e industrias norteamericanas.

Precisó que para lograr esos objetivos, el nuevo proyecto planea fortalecer la potencia naval y su actuación desde y en el mar, lograr una alta velocidad de aprendizaje a todos los niveles, consolidar el equipo de la Marina para el futuro y
ampliar y reforzar la red de socios.

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