El primer Foro Económico Oriental sirvió para engranar la estrategia de desarrollo del Lejano Oriente y constató las múltiples oportunidades de cooperación para Rusia, pese a las sanciones de Occidente. A la reunión de negocios, celebrada en la isla Russki, en Vladivostok, capital del territorio de Primorye, acudieron delegaciones de 24 países, entre representantes gubernamentales, sectores de negocios y expertos.
El Foro de Vladivostok pasó el bautizo de fuego en tanto nueva plataforma de interacción para el diálogo y el fomento de inversiones, focalizado en la cooperación con la región de Asia-Pacífico, uno de los centros económicos globales y en política.
Más aun, es la constatación de una estrategia que había sido desbrozada en 2013 en la nueva Concepción de la Política Exterior de Rusia, suscrita por el presidente Vladimir Putin.
La vasta y prolífera zona de unos 23 países (solo los estados regionales) representa el 54 por ciento del Producto Interno Bruto global y el 43 por ciento del comercio mundial.
Bajo la actual coyuntura geopolítica de intentos de aislamientos a Rusia por parte de Occidente -Estados Unidos y la Unión Europea- y de una evidente guerra económica, el vector asiático emerge más que como alternativa; una necesidad.
De otro lado, despuntan otras oportunidades de negocios y realización de la estrategia de desarrollo del Lejano oriente, con un potencial socio-económico aun por explotar, según reconocieron autoridades rusas federales y regionales.
El auge de Siberia y el Lejano Oriente es nuestra prioridad nacional en todo el siglo XXI, aseguró el presidente Putin en vísperas de la celebración del Foro y de su visita de trabajo al territorio, procedente de China.
Como pasos significativos en esa dirección, Putin mencionó a modo de ejemplo el programa de desarrollo socio-económico del Lejano Oriente y la región del Baikal, con decenas de proyectos inversionistas de envergadura.
Algunos de los citados proyectos tienen que ver con la construcción del gasoducto Fuerza de Siberia -orientado al mercado de Asia-Pacífico, China en particular-, el cosmódromo Oriente, la ampliación de la ruta Transiberiana y el complejo de astilleros Estrella.
Dijo Putin que en todos esos grandes proyectos Rusia abría sus puertas a las inversiones extranjeras, con particular énfasis en los inversionistas chinos.
Geográficamente, el Lejano Oriente incluye los territorios de Primorye, Amur, la Kamchatka, Chukotka y Yakutia (República Saja).
PRIMEROS RESULTADOS
Para respaldar los proyectos y otras iniciativas empresariales, el gobierno de la Federación instruyó por decreto a la sazón la creación de la Agencia del Lejano Oriente, a cargo de las inversiones y apoyo a las exportaciones.
Según el titular ministerial Alexander Galushka, hasta ese momento el ministerio captaba inversiones con fuerzas propias.
La captación inversionista descuella entre las líneas fundamentales enfiladas a un estímulo de la economía del Lejano Oriente, constató Galushka.
Subrayó que el Lejano Oriente ruso es parte inseparable del vertiginoso proceso de desarrollo de Asia-Pacífico, y solo con la integración regional, podría garantizarse un boom inversionista en el territorio.
Durante el Foro Oriental, el gobierno ruso y la comunidad empresarial prestaron especial atención a la captación de socios para la ejecución de los corredores de transporte Primorye-1 y Primorye-2.
Otro segundo proyecto presentado versó en torno a la zona libre económica del Puerto de Vladivostok, con un régimen especial tributario, aduanal y de visado.
Una isla-dos países corresponde a la carpeta de turismo en el islote de Ussurisk.
En los predios del Foro, Rusia y China avanzaron en la concreción de la proclamada alianza energética a través de proyectos de las compañías Rosneft y Gazprom, cuyos planes inversionistas se han visto afectados por las sanciones sectoriales de la Unión Europa y Estados Unidos.
Igualmente, hallaron socios en decenas de proyectos las compañías Transneft, Rosatom, Sibura, Rushidro y Rosnano.
Con Japón está en marcha la mayor empresa inversionista binacional para la construcción de un puente energético entre Sajalín y la isla Hokkaido.
Otras compañías niponas patentizaron asimismo su interés en participar en las oportunidades de negocios en infraestructura portuaria, junto a otras potencias regionales como Corea del Sur y Vietnam.
El complejo agroindustrial, el acceso a recursos naturales como la acuicultura son otras líneas que incluyen ofertas a la cooperación internacional.
Según el presidente de la Unión de empresarios de China en Rusia, Tsai Gujzu, más de una treintena de grandes compañías chinas presentes en la Federación están interesadas en la colaboración.
A su juicio, la presencia de inversionistas extranjeros de Asia Pacífico en el Lejano Oriente será un efecto multiplicador, y en general, sus resultados coadyuvarán al desarrollo integral de todo el área.
El vicepresidente del Consejo de Estado Wang Yang ratificó en Vladivostok el carácter de socios estratégicos a largo plazo de Rusia y China.
Afirmó el dirigente chino que las sanciones unilaterales impuestas a Moscú por Occidente no obstruyen en ningún modo la cooperación bilateral y no tienen influencia negativa.
Wang reiteró la política seguida por el gobierno de Beijing en los últimos años de construir una asociación estratégica a largo plazo con Rusia en disímiles sectores y esferas.
Gobernadores del distrito federal de Lejano Oriente y de las provincias chinas limítrofes (del noreste del gigante asiático), celebraron en paralelo un foro de negocios en la Isla Ruso (Russki), enfrascado en una hoja de ruta común.
Las inversiones chinas en el Lejano Oriente ruso de momento superan los tres mil millones de dólares, según Wang.
El acuerdo entre el Fondo Ruso de Inversiones Directas y el Fondo Chino de la Ruta de la Seda, rubricado como parte de casi una treintena de convenios, supone la captación de terceros a la carpeta de proyectos estratégicos chino-rusos, puntualizó el vicepresidente primero Igor Shuvalov.
Al respecto, el titular del fondo ruso Kiril Dmitriev adelantó que podría tratarse de inversiones por parte de estructuras corporativas o bancarias del Golfo Pérsico, en principio de Arabia Saudita, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos.
SECTOR ENERGÉTICO
En paralelo a los convenios suscritos con homólogas chinas del sector petro-químico, el consorcio ruso Gazprom rubricó una serie de acuerdos con las compañías europeas BASF, OMV, E.ON, Engie y Shell para la construcción de nuevos tramos del gasoducto Flujo del Norte, versión 2.
El proyecto lo asume la compañía New European Pipeline AG., con un 51 por ciento de participación para Gazprom.
Según informó el presidente de Rosneft, Igor Sechin, la estatal petrolera cedió el 15 por ciento de participación al consorcio indio ONGC en la compañía Vankorneft, por un valor de 1,25 mil millones de dólares en la transacción.
Fueron suscritos otros acuerdos con las trasnacionales General Electric y Japan Drilling.
La compañía energética Novatek firmó con la china Ruta de la Seda un acuerdo para la adquisición del 9,9 por ciento de activos que serán destinados al financiamiento del proyecto de una planta refinadora en Yamal.
Cerca de 80 convenios de negocios, estimados en 1,3 billones de rublos, más de 14 mil 500 millones de dólares (al cambio actual), cosechó el Foro durante tres jornadas, acorde con las conclusiones del representante permanente del Presidente en el Distrito del Lejano Oriente, Yuri Trutnev.
Son cifras muy buenas, que nadie esperaba, expresó Trutnev, al reconocer que el desafío mayor es la captación de inversionistas asiáticos a la región.
Más allá de las estadísticas, el foro de negocios y la promoción de la zona en desarrollo del Lejano Oriente constataron que pese a las adversidades económicas e intentos de cerco, Rusia cuenta con un abanico de socios en la región de Asia-Pacífico.
*Corresponsal Jefa de Prensa Latina en Rusia.
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