El presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó hoy que el puente que deberá unir Rusia con la península de Crimea esté listo para 2018, pese a la profunda recesión que afecta a la economía rusa.
"Tengo grandes esperanzas de que se respeten los plazos de construcción. Este estratégico proyecto debe estar terminado para finales de 2018", dijo Putin a la prensa.
Putin, que visitó durante los últimos días la península anexionada por Rusia en marzo de 2014, destacó que los puertos crimeos no operarán a su máxima capacidad hasta que exista comunicación por tierra entre ambos territorios.
El puente a través del estrecho de Kerch debía ser construido por rusos y ucranianos como parte de un proyecto conjunto acordado en noviembre de 2010, pero el derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich en febrero de 2014 y la anexión de Crimea al mes siguiente trastocó esos planes.
Rusia decidió acometer por su cuenta el proyecto, a cargo de la compañía Stroigazmontazh del oligarca ruso Arkadi Rottenberg y con un coste previsto de 250.000 millones de rublos (unos 3.300 millones de euros).
Rottenberg, amigo de Putin y dueño de una de las mayores constructoras del país, reconoció que las sanciones económicas occidentales impuestas a Rusia por su papel en la crisis de Ucrania obligarán a renunciar a materiales de construcción de países como Noruega u Holanda.
Ahora, para viajar a Crimea los rusos deben subirse a un avión o tomar un barco.
El estrecho de Kerch, conocido como la puerta al mar de Azov, tiene 41 kilómetros de largo, una anchura mínima de 4,5 kilómetros y una máxima de 15.
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