Más de 500 pilotos de combate, 40 cazas, 20
aviones de asalto y una decena de helicópteros participan desde hoy en
unas maniobras de las Fuerzas Aéreas rusas en el sur del país, en dos
regiones cercanas a la península de Crimea.
Los pilotos de
aviones entrenarán en el empleo de misiles no dirigidos y bombas de
fragmentación, mientras que los helicópteros de transporte Mi-8
ensayarán el desembarco aéreo de comandos de sabotaje y reconocimiento.
Además, "los helicópteros deberán realizar coberturas con fuego a los
grupos desembarcados y evacuarlos desde el lugar" de aterrizaje, para
luego "destruir a la infantería aérea del enemigo", señala un comunicado
del Distrito militar Sur ruso.
Por otro lado, los pilotos también realizarán "maniobras durante un combate aéreo", añade la nota de prensa.
"El principal objetivo de estas maniobras es el perfeccionamiento de
las habilidades de las tripulaciones de combate de la aviación táctica
militar", precisaron las autoridades rusas.
Las relaciones
entre Rusia y Occidente atraviesan uno de sus peores momentos de las
últimas décadas, sin precedentes desde la guerra fría, por el papel de
Moscú en la crisis de Ucrania.
Los tres países bálticos han
expresado en numerosas ocasiones la preocupación por su seguridad desde
el inicio del conflicto armado en el este de Ucrania, instigado según
Occidente por Moscú.
Moscú ha incrementado sensiblemente el
número de ensayos de sus armas nucleares y de maniobras militares tanto
en las fronteras con la UE como en otras regiones del país.
Tanto Kiev como Occidente acusan a Rusia de apoyar con armas e incluso
tropas a los separatistas prorrusos que actúan en el este de Ucrania,
escenario de una guerra desde abril del año pasado.
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