Rusia negó este miércoles que la renuncia de
Joseph Blatter como presidente de la FIFA ponga en peligro la
organización del Mundial de fútbol en 2018, cuyo boicot ha sido
planteado por Inglaterra y cuenta con algunos apoyos en Alemania.
"Blatter era el presidente de la FIFA, pero él no tomó la decisión
sobre la disputa en Rusia del Mundial de fútbol. La tomó el comité
ejecutivo y en él no puede influir ninguna dimisión", dijo Vitali Mutkó,
ministro de Deportes ruso, a la prensa local.
Mutkó, quien
recordó que Blatter se mantendrá en su puesto de manera interina hasta
diciembre, insistió en que no existe "ninguna amenaza" para el Mundial y
que Rusia continúa los preparativos "según los plazos previstos".
Además, negó que en el seno de la FIFA se plantee poner en duda la
votación en la que Rusia fue elegida por vez primera como sede de la
Copa Mundial.
La presidente del Senado, Valentina Matviyenko,
vinculó con la histeria antirrusa los llamamientos a boicotear el
Mundial de Rusia, al tiempo que lamentó la decisión de Blatter de
renunciar habiendo recibido un enorme apoyo en las elecciones del pasado
viernes.
En la misma línea, el Kremlin se manifestó hoy
sorprendido por la repentina dimisión del suizo al que Rusia había
apoyado la pasada semana en su reelección pese a las denuncias de
corrupción.
"Por supuesto, su renuncia lo fue (una sorpresa).
Desconocemos quien será el nuevo presidente de la FIFA, pero, de todas
formas, no se sabrá ni mañana, ni pasado", dijo Dmitri Peskov, portavoz
del Kremlin.
El presidente ruso, Vladímir Putin, defendió a
Blatter de las acusaciones de corrupción, acusó a EEUU de querer impedir
su reelección y denunció las presiones occidentales a la FIFA para que
Rusia no albergara por vez primera la Copa Mundial.
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