La bajada de los precios del petróleo y las
dificultades que este y otros fenómenos han causado en Latinoamérica y
Rusia lastrarán la recuperación de la economía mundial este año y el
próximo, aseguró ayer la ONU.
La organización anunció una
revisión a la baja de sus perspectivas económicas para gran parte del
mundo, que provocarán que el crecimiento continúe en niveles inferiores a
los de los años anteriores a la crisis.
Según las Naciones
Unidas, el Producto Interior Bruto (PIB) mundial progresará un 2,8 %
este año y un 3,1 % el próximo, 0,3 y 0,2 puntos porcentuales menos de
lo que vaticinaba hace seis meses, respectivamente.
"Es
preocupante que, a pesar de las políticas monetarias acomodaticias y
tipos de interés globales históricamente bajos, la inversión real haya
sido pobre en muchas partes del mundo desde la crisis financiera
global", señaló en una conferencia de prensa Ingo Pitterle, uno de los
responsables del informe.
El deterioro es claro en los países
exportadores de petróleo y otras materias primas, que se han visto
afectados por la bajada de los precios, mientras que las economías de la
zona euro y del Sudeste asiático son las principales beneficiadas de
los últimos movimientos.
En el apartado negativo destaca el
empeoramiento de las perspectivas para la economía rusa, que este año se
contraerá según la ONU un 3 %, y empujará a la recesión a varios países
vecinos.
Los bajos precios del petróleo, las malas
perspectivas empresariales y el efecto en el consumo interno de los
altos tipos de interés son los principales factores que explican la
situación en Rusia, que también se ha visto afectada de forma
"relativamente limitada" por las sanciones internacionales, asegura el
informe presentado hoy.
Latinoamérica es la otra región donde
la ONU ha reducido de forma significativa sus expectativas, pues cree
que el PIB sólo avanzará un 0,5 % este año y un 1,7 % el próximo.
Las cifras suponen una bajada de 1,9 y 1,4 puntos porcentuales
respecto a lo que la organización vaticinaba en sus anteriores
previsiones.
Según la ONU, el deterioro se explica
principalmente por el descenso de los precios de las materias primas y
la fragilidad doméstica de varios países.
Ese fenómeno se da
con especial fuerza en América del Sur, donde Venezuela está cayendo en
una recesión profunda y donde las economías de Brasil y Argentina se
contraerán este año un 1,1 y un 0,4 %, respectivamente, según las
Naciones Unidas.
Los exportadores de materias primas en la
región, en especial los productores de petróleo, están sufriendo con la
coyuntura internacional, que ha debilitado sus balanzas comerciales y ha
reducido las inversiones, apunta el informe.
Sin embargo, la
ONU destaca que la situación es muy "muy heterogénea", pues frente a los
problemas de las grandes economías suramericanas, otros países como
Bolivia, Paraguay y Perú crecerán por encima del 4 %.
Las
perspectivas son también positivas pese a un ligero deterioro en México y
Centroamérica, que según la ONU se expandirán un 3 % este año y un 3,2 %
el próximo ayudados por la recuperación en Estados Unidos.
En
el caso del Caribe, la organización también ha rebajado levemente las
expectativas y espera ahora un crecimiento del 3,1 % en 2015 y del 3,7 %
en 2016.
La ONU redujo hoy a la baja sus previsiones para
otras economías en desarrollo como las africanas, pero considera que la
bajada de los precios de la energía beneficiaría de forma clara a países
como la India y otras economías asiáticas.
También se espera
que la recuperación gane ritmo en la Eurozona, donde las Naciones Unidas
creen que el PIB progresará un 1,6 % este año y un 1,9 % el próximo,
ligeramente por encima de lo que preveía hace seis meses, pero donde la
incertidumbre en torno a Grecia plantea riesgos importantes.
Estados Unidos, por su parte, crecerá según la ONU un 2,8 % en 2015,
pero perderá fuelle en 2016 (2,7 % frente al 3,1 % que se esperaba en
enero) debido, entre otras cosas, a la apreciación del dólar frente a
otras divisas.
En conjunto, las Naciones Unidas advierten de
un aumento de las divergencias económicas entre regiones derivado de la
caída de los precios de las materias primas y expresan su preocupación
ante el hecho de que los flojos niveles de crecimiento vistos tras la
crisis puedan convertirse en la nueva norma.
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