El líder de la república de Chechenia,
Ramzán Kadírov, se mostró hoy dispuesto a prestar declaración en el caso
del asesinato del opositor Boris Nemtsov, tiroteado el pasado 27 de
febrero cerca del Kremlin.
"Estoy dispuesto a dar testimonio
con todo el placer del mundo. No hay ningún problema. Más aún cuando lo
piden los hijos" de Nemtsov, dijo Kadírov en declaraciones a una emisora
de radio.
Kadírov salió así al paso de la solicitud
presentada por el abogado de la familia de Nemtsov ante el Comité de
Instrucción para interrogar al líder chechén y a varios altos
funcionarios, entre los que figurarían diputados, senadores y el jefe de
las fuerzas de seguridad.
El principal acusado del asesinato
es Zaúr Dadáev, miembro de las fuerzas especiales de Chechenia y que fue
defendido tras su detención por el propio Kadírov, quien lo calificó de
"auténtico patriota ruso".
El abogado, Vadim Prójorov, quien
denunció recientemente que las autoridades de esa república del Cáucaso
norte ruso obstruyen la investigación del caso, no escondió hoy su
satisfacción tras conocer las declaraciones del hombre fuerte de
Chechenia.
"Me alegra que esté dispuesto a declarar. Si la
Instrucción se atreve a interrogarle, entonces esto sería un paso en la
buena dirección", comentó.
Prójorov destacó poco después del
asesinato que este "fue, con toda seguridad, planificado" con
participación de los servicios secretos rusos, ya que "ocurrió delante
de las mismas murallas del Kremlin".
Kadírov ha sido
mencionado como posible organizador de éste y otros sonados asesinatos
como el de la periodista de "Nóvaya Gazeta", Anna Politkóvskaya (2006), y
la activista de derechos humanos, Natalia Estemírova (2009).
Los órganos de instrucción rusos han decidido prolongar hasta finales de
agosto la investigación del asesinato de Nemtsov, que investigaba
entonces la presencia de tropas rusas en el conflicto en el este de
Ucrania.
Dadáev reconoció en un principio su culpabilidad
durante los interrogatorios, pero después se desdijo, aseguró que tiene
coartada y denunció que la policía le había arrancado la confesión
inculpatoria por la fuerza.
El presidente ruso, Vladímir
Putin, alabó la rápida actuación de las fuerzas de seguridad por detener
a los asesinos unos pocos días después del crimen y se mostró
convencido de que hallarán a los que lo encargaron.
Los
familiares y correligionarios de Nemtsov insisten en que su muerte está
políticamente motivada y ponen en duda el deseo de los investigadores de
detener a los que ordenaron el asesinato perpetrado a escasos metros de
la plaza Roja.
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