Más de 2.000 soldados de la OTAN realizan
hasta finales de mes maniobras en el noreste de Rumanía, a unos 20
kilómetros de la frontera con Ucrania, para demostrar la capacidad de
respuesta de la Alianza ante cualquier posible amenaza.
"Con
este escenario de guerra en Rumanía, y con otros que hemos llevado a
cabo en Polonia y República Checa, se pretende demostrar que podemos
plantarnos en 48 horas en esta zona de Europa para afrontar cualquier
adversidad", explicó a Efe el portavoz militar de la Alianza Atlántica,
el canadiense Jay Janzen.
Las maniobras se producen en un
momento en el que las relaciones entre la OTAN y Rusia pasan por su peor
momento desde el fin de la Guerra Fría por el conflicto en el este de
Ucrania entre tropas gubernamentales y secesionistas prorrusos.
Más de 2.000 militares rumanos, moldavos, británicos y estadounidenses
participan desde el pasado jueves en estos ejercicios conjuntos
denominados "Wind Spring 15", que terminarán a finales de este mes.
Se simulan maniobras para repeler un ataque terrestre en la base de
Smardan, al oeste del país balcánico y a poco más de 20 kilómetros de la
frontera con Ucrania.
El ejercicio tiene como objetivo
demostrar la capacidad de la Alianza para desplegarse rápidamente dentro
del territorio de los países de la OTAN.
La mayor presencia
de la Alianza en Rumanía protegerá no sólo el flanco oriental sino
también el sureste europeo frente a cualquier amenaza, incluida la
yihadista, agregó Janzen.
"Mejorar la cooperación con Rumanía
nos ayudará a actuar también en el sureste de Europa ante una posible
amenaza del movimiento islámico EI", en referencia al grupo terrorista
Estado Islámico.
Por su parte, el comandante adjunto de la
OTAN en Europa, el inglés Adrian Bradshaw, subrayó una vez más a los
periodistas que la instalación del escudo antimisiles en Rumanía no
supone una amenaza contra Rusia.
Estrecho aliado de Estados
Unidos, Rumanía empezó a construir a finales de 2012 el escudo
antimisiles diseñado por la OTAN y el Pentágono, que deberá estar
operativo en principio en los próximos meses.
En la base
militar aérea de Deveselu, al borde del Mar Negro, se instalará el
sistema antiaéreo de uso múltiple AEGIS, equipado con misiles
interceptores Standard-3, y se prevé que trabajen en él unos 200
militares estadounidenses.
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