Al menos 10.000 habitantes de Gori, la ciudad
natal de Stalin, han firmado una petición para exigir a las autoridades
que devuelvan a la pequeña localidad georgiana el monumento de bronce
al dictador soviético, desmontado hace cinco años.
"No sólo
los habitantes de Gori, sino la gran mayoría de los georgianos están a
favor de recuperar el monumento. No se trata de nostalgia por el
dictador, sino del respeto a nuestra Historia y a la memoria de nuestro
compatriota más celebre", dijo a Efe el jefe del Partido Comunista
georgiano en Gori, Alexandr Lursmanishvili.
Los comunistas
quieren que la histórica estatua de bronce de siete metros de altura se
coloque a las puertas de la casa museo de Stalin antes del próximo 9 de
mayo, día en que se conmemora la victoria de la Unión Soviética sobre la
Alemania nazi, una hazaña cuyo mérito se atribuye al dictador por
muchos en Rusia y Georgia.
"Ya tenemos voluntarios para una
huelga de hambre frente a la administración local si no nos hacen caso.
No nos pararán", aseveró Lursmanishvili, quién agregó que las protestas
se extenderán incluso a Tiflis, a las puertas del ministerio de Cultura
georgiano.
La figura de Stalin es explotada como atractivo
turístico no sólo en Gori, sino en todo el país caucasiano, aunque es en
la casa-museo donde vivió hasta los 16 años donde se pueden encontrar
todo tipo de objetos con la imagen del sanguinario dictador.
Esos regalos, muy populares entre los turistas, van desde una botella de
vino georgiano con el retrato de Stalin en la etiqueta hasta camisetas y
cajas de cerillas.
El museo, que funciona desde 1957 y que el
año pasado visitaron más de 40.000 turistas, la mayoría extranjeros,
exhibe algunos de los objetos personales del sátrapa, como una de sus
famosas pipas, un par de botas, un capote, un teléfono o incluso menaje
de cocina.
Hace dos años, el museo firmó un convenio con el de
Mao Zedong en Shaoshan (China), localidad natal del padre del comunismo
chino, tras lo cual muchos chinos visitan la que fue la casa del
dictador soviético en Georgia.
Junto al edificio de dos
plantas está el vagón personal que usaba Stalin durante sus
desplazamientos por el vasto territorio de la Unión Soviética.
Será también junto a ese museo donde podría ubicarse la estatua
desmontada en 2010 por orden del entonces presidente del país, Mijaíl
Saakashvili, declarado enemigo de Rusia y hoy un alto cargo en el
Gobierno de Ucrania.
Saakashvili, que al igual que el genocida
soviético nació curiosamente un 21 de diciembre, organizó durante su
presidencia una campaña contra todos los símbolos soviéticos, que
comparó con los fascistas.
En el caso de la estatua de Stalin
de Gori, justificó además que ninguna ciudad georgiana podía albergar
"un símbolo del imperio que atacó Georgia en 2008", en alusión a la
guerra ruso-georgiana en agosto de ese año por el control de la
secesionista Osetia del Sur.
La estatua de Gori, que se erigía
sobre un pedestal de diez metros, es el monumento más famoso al
dictador de toda la Unión Soviética, sobre todo después de que muchos
otros fueran destruidos tras la campaña para desmontar el culto a su
personalidad iniciada por su sucesor, Nikita Jruschov.
El
monumento fue levantado en el centro de la ciudad aún con Stalin en
vida, en 1952, y desde entonces hasta que fue desmontado en 2010, fue
objeto de culto para estalinistas de todo el mundo.
Si las
autoridades acceden a la petición firmada por los ciudadanos de Gori, ya
no podrá ser devuelto a la plaza central de la ciudad, toda vez que lo
prohíbe expresamente una ley aprobada ya por el nuevo Gobierno georgiano
de Bidzina Ivanishvili.
Sin embargo, aunque la ley veta
levantar monumentos que aludan a cualquier totalitarismo, la estatua de
Stalin sí podría ubicarse en territorio de la casa-museo, donde tendría
la consideración de una pieza de exposición.
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