Ucrania concedió hoy a los territorios bajo
control separatista una autonomía de tres años condicionada a la
celebración de unas elecciones bajo supervisión internacional, ley que
fue rechazada de antemano por los rebeldes y por Rusia.
"El
régimen se aplicará de manera provisional, por un plazo de tres años,
desde el día de entrada en vigor de dicha ley", señala el documento.
La ley aprobada hoy por la Rada Suprema (legislativo) es casi
idéntica a la de septiembre de 2014, ya que ambas vinculaban el
autogobierno con la convocatoria de comicios locales en las áreas
rebeldes.
Como entonces, las fronteras de las zonas prorrusas
que se beneficiarán de la autonomía están delimitadas por la línea de
separación establecida en el Memorándum de Paz de Minsk de septiembre de
2014.
Se trata de las ciudades, municipios y aldeas de las
regiones orientales de Donetsk y Lugansk que se encuentran entre la
frontera ruso-ucraniana y la línea de frente estabilizada en septiembre
del pasado año.
Es decir, aquellos territorios que fueron
conquistados por los rebeldes después de la firma de dicho documento,
como el aeropuerto de Donetsk y el estratégico nudo ferroviario de
Debáltsevo, capturados en la ofensiva insurgente de enero y febrero
pasados, quedan fuera de dicha ley de autogobierno.
Como
condición para recibir dichas competencias, las zonas prorrusas deben
celebrar elecciones locales según la legislación ucraniana y los
estándares democráticos internacionales.
Los comicios deben
contar con la presencia de observadores electorales del Consejo de
Europa, de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa
(OSCE) y de otras organizaciones internacionales.
Además, del
territorio nacional deben ser replegados todos los grupos armados
ilegales y el armamento, en alusión a las milicias separatistas y a las
tropas rusas supuestamente desplegadas en la zona.
Los
separatistas y Rusia rechazaron de antemano dicha ley al considerar que
supone una violación de los acuerdos de paz de Minsk firmados el pasado
12 de febrero, aduciendo que estos no vinculan directamente la concesión
de autonomía a las elecciones.
"Este es un brusco retroceso
de los acuerdos de Minsk, de toda la concepción acuñada el 12 de febrero
y que contempla consensuar todos los pasos con los líderes del
sureste", dijo hoy Serguéi Lavrov, ministro ruso de Asuntos Exteriores.
Según reza el cuarto punto de los acuerdos de paz, Kiev y los
separatistas deben abrir un diálogo sobre la convocatoria de elecciones
locales y determinar el estatus de las zonas rebeldes, mientras la Rada o
parlamento ucraniano se compromete a aprobar una ley que delimite los
territorios con autogobierno.
La anterior ley de autogobierno
propuesta por el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, en septiembre
de 2014 fue considerada entonces "un paso en la buena dirección" por el
presidente ruso, Vladímir Putin, pero ésta nunca llegó a entrar en
vigor.
Kiev decidió suspender su aplicación después de que los
rebeldes convocaran unilateralmente para el 2 de noviembre de 2014
elecciones en sus territorios, cuyos resultados fueron respetados -que
no reconocidos- por Moscú y condenados unánimemente por Occidente.
Por otra parte, en una concesión a los diputados más reacios a apoyar
la autonomía, la ley declara "territorios temporalmente ocupados" las
zonas rebeldes hasta la retirada de los grupos armados y mercenarios, y
el pleno control estatal de la frontera ruso-ucraniana.
"No
ocultemos la verdad. Allí hay tropas rusas. Lo importante es la salida
de los grupos armados ilegales y también de las Fuerzas Armadas de Rusia
que ahora están en el Donbass", dijo Oleg Liashkó, líder del Partido
Radical ucraniano.
La Rada apoyó hoy los planes del presidente
de dirigirse al Consejo de Seguridad de la ONU y la Unión Europea (UE)
para el despliegue de tropas de paz en la zona de conflicto, algo a lo
que se oponen los separatistas y la propia Rusia.
La UE ha
abogado por ampliar el mandato y la financiación, y por aumentar hasta
un millar el número de observadores de la OSCE, garante del alto el
fuego que entró en vigor el 15 de febrero y de los acuerdos de paz de
Minsk.
Los diputados ucranianos también respaldaron
mayoritariamente el despliegue de tropas de Estados Unidos y Polonia en
el territorio nacional para la participación en maniobras militares.
El Ejército ucraniano tiene previsto celebrar este año tres
ejercicios conjuntos con participación de tropas estadounidenses y dos
con tropas polacas.
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