El Kremlin consideró hoy justificado el
cierre del periódico ruso "Nóvaya Gazeta", el más crítico con la gestión
del presidente ruso, Vladímir Putin, que dejará de publicarse en papel a
partir de mayo por motivos financieros.
"Por una parte, el
Estado debe ayudar a diferentes medios de comunicación, pero no puede
suplantar la racionalidad económica o, digamos, la existencia de uno u
otro medio desde el punto de vista de la rentabilidad económica", dijo
Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, a medios locales.
Peskov
subrayó que "los medios de comunicación se desenvuelven en el mercado y,
por supuesto, en condiciones de crisis se produce un saneamiento de ese
sector".
En relación a la opción de que el Estado acuda en
ayuda de "Nóvaya Gazeta", respondió que desconoce si eso es posible y si
la dirección del rotativo tiene intención de dirigirse al Kremlin con
esa petición.
"Es evidente que la situación es difícil. El mercado es el mercado", subrayó.
Según informaron ayer a Efe fuentes del periódico, "Nóvaya Gazeta"
dejará de publicarse por motivos exclusivamente financieros.
"No recibimos financiación estatal. Así es muy difícil competir con
otros medios. Además, recibimos muy poca publicidad, lo que dificulta
mucho nuestra existencia", aseguró a Efe Nadezhda Prusenkova, redactora y
portavoz del periódico.
"Nóvaya Gazeta", donde trabajó desde
1999 hasta su asesinato en 2006 Anna Politkóvskaya, tiene intención de
despedirse el próximo 9 de mayo con un número especial dedicado
exclusivamente al 70 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi.
Prusenkova también desvinculó la decisión del asesinato el pasado 27
de febrero cerca del Kremlin del opositor liberal ruso Borís Nemtsov.
"La muerte de Politkóvskaya fue un golpe mucho más duro para nosotros
y aún así entonces no cerramos", dijo, en alusión a que los redactores
se negaron a cerrar pese a la propuesta de la dirección.
El 51
% de las acciones del periódico pertenecen a sus trabajadores; un 39 %
al empresario Alexandr Lébedev, y el restante 10 % está en manos del
último dirigente soviético, Mijaíl Gorbachov.
"Nóvaya Gazeta",
fundado por una treintena de redactores que abandonaron "Komsomólskaya
Pravda" cuando esa histórica cabecera decidió transformarse en un
tabloide, publicó su primer número el 1 de abril de 1993.
"Hemos pagado un alto precio. En estos años han sido asesinados cinco
periodistas y uno de nuestros abogados. Sea como sea, no recuerdo
ninguna ocasión en que dejáramos de publicar algo para no perjudicar a
alguien o porque nos lo hubieran pedido", agregó.
"Nóvaya
Gazeta" labró su fama por sus reportajes de investigación sobre la
corrupción, abusos de poder y violación de los derechos humanos, sobre
todo en el Cáucaso Norte.
En estos momentos, tiene una tirada
de unos 270.000 ejemplares, sale tres veces a la semana y se difunde en
diez ciudades rusas y en otros tres países (Alemania, Israel y
Kazajistán).
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