Kiev y Moscú alcanzaron ayer dos acuerdos
parciales que, de implementarse, podrían contribuir a desbloquear las
negociaciones y encauzar el proceso de pacificación del este de Ucrania,
tras una semana de gran violencia en la región.
El ministro
de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, aseguró tras reunirse a
las afueras de Berlín con sus homólogos ruso, Sergéi Lavrov, ucraniano,
Pavló Klimkin, y francés, Laurent Fabius, que Moscú y Kiev habían
acordado retirar el armamento pesado del frente y relanzar las
conversaciones a través del grupo internacional de contacto.
Tras varias semanas de intensas negociaciones y nulos resultados,
Steinmeier tildó los frutos de esta nueva reunión de un "verdadero
avance", aunque se mostró cauteloso y abogó por esperar a que de verdad
se implemente lo escrito en el terreno.
Según lo acordado, la
evacuación del armamento pesado en el este de Ucrania prevista en el
Memorando de Minsk comenzará por la denominada línea de demarcación, la
frontera entre el territorio controlado por los rebeldes prorrusos y el
que defiende el ejército ucraniano.
El Memorando de Minsk
preveía la retirada del armamento pesado de la zona en conflicto, pero
no detallaba cómo se realizaría este proceso y el pacto de hoy elabora
este punto considerado fundamental tanto por las partes en conflicto
como por los mediadores europeos.
Además, Ucrania y Rusia
acordaron que el grupo internacional de contacto se vuelva a reunir lo
antes posible con el objetivo concreto de negociar cómo se puede
distribuir la muy necesaria ayuda humanitaria en la zona.
Asimismo, estipularon que el grupo de contacto debe poner en marcha
equipos de trabajo que elaboren sobre los distintos puntos del Memorando
de Minsk.
Pese a haberse logrado estos dos acuerdos
concretos, Steinmeier optó por la cautela y abogó porque estos puntos no
sólo se pongan por escrito, sino que se conviertan en una realidad
sobre el terreno.
"Si se realiza lo acordado, estaremos un
paso más cera de la cumbre (de líderes) de Astaná que muchos esperan",
afirmó Steinmeier en referencia a un encuentro entre los líderes de
Ucrania y Rusia, con la mediación franco-alemana, en Kazajistán.
En este sentido, el comunicado conjunto emitido tras el encuentro
asegura que sólo "los progresos tangibles en la implementación concreta
del Memorando de Minsk" llevarán a la cumbre de Astaná, tal y como
señaló recientemente la canciller alemana, Angela Merkel
En
concreto, son especialmente importantes los puntos del acuerdo de Minsk
relativos a "la creación de las condiciones necesarias para un alto el
fuego efectivo, un acuerdo sobre las modalidades para la entrega de
ayuda humanitaria y la continua liberación de prisioneros", según el
texto.
El ministro de Exteriores alemán, el único que
compareció ante los medios tras el encuentro, se mostró satisfecho
porque Lavrov mostró la disposición del Gobierno ruso a ejercer "la
influencia necesaria" sobre los rebeldes prorrusos del este de Ucrania
para que cumplan con lo pactado en Berlín.
"Espero que esto tenga consecuencias", agregó Steinmeier.
No obstante, el titular de Exteriores alemán reconoció que las
negociaciones ante este conflicto están llevando "a todos a los límites
de la paciencia".
El ministro indicó también que el conflicto
está teniendo graves repercusiones humanitarias en la zona y que está
lastrando también las economías de Rusia y Ucrania.
El
encuentro de hoy fue el cuarto que celebran los ministros de Exteriores
de Rusia, Ucrania, Alemania y Francia en Berlín para tratar de buscar
una salida diplomática a la crisis del este de Ucrania.
La
reunión tuvo lugar diez días después de la última, en la que no se logró
ningún avance, y tras un notable empeoramiento de la violencia en la
región.
En los últimos días, los combates se han propagado por toda la provincia de Donetsk y por la vecina provincia de Lugansk.
Por ese motivo, el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, se vio
obligado a abandonar hoy antes de tiempo el Foro Económico de Davos,
donde denunció la presencia de 9.000 soldados rusos en el este
ucraniano, de los que según él unos 2.000 cruzaron la frontera en los
últimos días.
Por su parte, los Ministerios de Exteriores y de
Defensa rusos han negado estas acusaciones, y el jefe de la diplomacia
rusa, Serguéi Lavrov, apostilló que tanto Ucrania como la OTAN carecen
de pruebas al respecto.
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