Un oficial de los servicios de seguridad
estonios espió durante años para Rusia, a la que entregó secretos sobre
las actividades de inteligencia de Estados Unidos y la OTAN, informó hoy
el canal NTV de la televisión rusa.
Según el programa
"Investigación", se trata de Uno Puuseppe, antiguo agente del KGB
soviético que, tras la desintegración de la Unión Soviética, pasó a
trabajar en los servicios de seguridad estonios o KAPO.
"Al
peligro uno se acostumbra poco a poco. Vas a trabajar durante 20 años
sabiendo que en cualquier momento te pueden encerrar por otros 20",
confesó Puuseppe.
Gracias a su colaboración, fueron detenidos
varios agentes de servicios secretos extranjeros y se impidió la fuga de
información a través de la escuchas de la embajada rusa en Tallin,
capital de Estonia, miembro de la OTAN desde 2004.
El Servicio
Federal de Seguridad ruso (FSB) "descubrió varias operaciones a gran
escala de los servicios secretos de EEUU, Suecia, el Reino Unido y otros
países", señaló el narrador del programa.
Puuseppe, cuyo
padre era un oficial del Ejército soviético, comenzó a espiar para Moscú
en 1996 y su contacto era su antiguo colega del KGB, Nikolái Yermakov,
que vivía en Estonia como hombre de negocios.
"En mi opinión,
durante el trabajo de Uno la labor de la policía de seguridad estonia
contra Rusia se vio reducida en un 80 por ciento. Nos enteramos de los
preparativos de muchas operaciones. Supimos de los intentos de
reclutamiento, lo que nos permitió adoptar medidas", comentó Yermakov.
El agente estonio del FSB entregó a Moscú informes del primer
ministro y del jefe del KAPO, e información sobre las reuniones entre
los servicios secretos bálticos, finlandeses y británicos.
Según el canal ruso, la información enviada por Puuseppe permitió al FSB
conocer el programa de escuchas de la Agencia Nacional de Seguridad
(NSA, en inglés) en Europa antes de que fuera denunciado por el propio
Edward Snowden.
También permitió que los servicios secretos
rusos detuvieran al antiguo agente del Servicio de Espionaje Exterior,
Valeri Oyamaye, que espió para Estonia y el Reino Unido, y que fue
condenado a siete años de cárcel, informó la agencia Interfax.
Igualmente, fue detenido y condenado el coronel de las tropas
fronterizas, Ígor Vialkov, que espiaba para Estonia, país con el que
Rusia mantiene tensas relaciones, entre otras cosas, por la demarcación
fronteriza y la discriminación de la minoría rusa.
Esto alertó
a los servicios secretos aliados, que abrieron una investigación que
condujo a la detención del antiguo agente del KGB, Vladímir Veitman,
quien fue condenado a 15 años de cárcel tras confesar su colaboración
con la Inteligencia rusa.
"Por supuesto, me sorprendió mucho
cuando en vez de arrestarme a mí, detuvieron a mi colega Veitman que,
por lo que yo sé, no había entregado ninguna información", reconoció
Puuseppe.
El programa destacó que el espía estonio, cuya labor
era desconocida hasta por su propia esposa, dejó el KAPO ha tres años y
se trasladó a vivir a Moscú.
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