La Audiencia Nacional española accedió a
extraditar a Rusia a Dmitri Zavialov, presunto líder de un grupo
mafioso, imputado por dos asesinatos consumados y uno en grado de
tentativa y un delito de depósito de armas de guerra, municiones y
explosivos.
Zavialov fue detenido por agentes españoles el
pasado 16 de mayo en La Junquera, junto a la frontera con Francia, tras
una orden internacional expedida por las autoridades rusas en 2010 para
su enjuiciamiento "por delitos de homicidios dolosos y creación estable
de una organización criminal armada", que en Rusia "llevan aparejada una
pena máxima de cadena perpetua".
Cuando compareció días
después ante el juez, el reclamado se opuso a la entrega y ahora la Sala
de lo Penal de la Audiencia Nacional considera que se cumplen todos los
requisitos previstos en el Convenio de Extradición para acceder a ella.
No obstante, los magistrados piden en un auto a Rusia que garantice
que la condena de cadena perpetua a la que se puede enfrentar por estos
hechos no signifique "la pena privativa de libertad incondicional e
invariable de por vida".
Según la reclamación de las
autoridades rusas, recogida en la resolución de la Sala, Zavialov
cometió "actos de bandolerismo" al crear un grupo armado estable que
éste dirigía "a los fines de agredir a ciudadanos".
La
actividad de esta banda, prosigue el auto, "se distinguía por la
minuciosa preparación y planificación de delitos y distribución de las
funciones de sus participantes, por la estricta conspiración", al
falsificar documentos para enmascarar su verdadera identidad y "por la
disposición de los miembros de la banda de cometer cualesquiera delitos
mostrando desprecio a los posibles castigos por los actos realizados".
Para cometer sus crímenes, la banda llegó a almacenar entre 2008 y
2009 un ingente arsenal de armas, municiones y sustancias explosivas de
cuya existencia y destino "todos los participantes estaban al tanto".
De este modo, "participando en la banda creada por él, Zavialov cometió varios delitos graves".
Entre esos delitos, la Sala relata cómo en junio de 2008, "actuando
por encargo de una persona no identificada que les ofreció dinero", la
banda planeó el asesinato de una persona identificada como Kazakov V.O.
Tras vigilar sus costumbres, uno de los miembros del grupo le
interceptó en agosto cuando llegaba con su coche a su domicilio y le
disparó al menos catorce veces con una pistola-ametralladora K6-92 y,
para rematarlo, le asestó seis cuchilladas, causando la muerte en el
lugar de los hechos.
En enero de 2009, los líderes de la banda recibieron un nuevo encargo para asesinar a Minalyán A.S., el 6 de febrero.
La detención de Zavyálov se produjo en el marco de una operación
llevada a cabo por la Guardia Civil en colaboración con la Policía
francesa.
Los agentes conocían la relación sentimental del
presunto asesino con una mujer de su misma nacionalidad y con residencia
en Francia, que había programado un viaje a España.
La
Guardia Civil localizó un domicilio, propiedad de la mujer, y en esa
vivienda se detectó la presencia de la pareja, junto a un menor, y los
agentes establecieron una vigilancia discreta.
Cuando el
ciudadano ruso abandonó el domicilio en dirección a Francia se procedió a
su identificación en un control en la frontera, donde presentó un
pasaporte ucraniano y una tarjeta de residencia belga presuntamente
falsificada.
Ante la sospecha de que la identidad fuese falsa,
la Guardia Civil comprobó que sus huellas dactilares coincidían con las
facilitadas por las autoridades rusas a través de Interpol, por lo que
lo detuvo.
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