Rusia ve en trazar una línea de separación
entre ambos bandos en conflicto la clave del éxito de la tregua
declarada hoy en el este de Ucrania, aseguró Serguéi Lavrov, ministro de
Exteriores ruso.
"Confiamos en que una consensuada línea de
separación permita garantizar en la práctica el cese de las hostilidades
y la retirada del armamento pesado de ambos bandos", dijo Lavrov en
rueda de prensa.
La línea de separación y la retirada del
armamento pesado de una zona desmilitarizada de 30 kilómetros son los
principales puntos del Memorándum de Paz firmado por ambos bandos el
pasado 19 de septiembre en Minsk.
La tregua acordada la pasada
semana por las fuerzas gubernamentales y las milicias prorrusas entró
hoy en vigor, aunque está a expensas del resultado de la inminente
reunión en Minsk entre representantes de Kiev y los separatistas con
mediación de Rusia y la OSCE.
"Esta no ha sido la primera
declaración (de alto el fuego), pero la actual fase ha sido bien
preparada, ya que han tenido lugar negociaciones entre ambos bandos en
conflicto", dijo el ministro ruso.
Lavrov desveló que
oficiales del Ejército ruso participaron en esas negociaciones a
petición del presidente ucraniano, Petró Poroshenko.
A su vez,
el jefe de la diplomacia rusa alertó sobre la incapacidad de Ucrania de
iniciar un proceso de reforma constitucional con participación de todas
las regiones y partidos políticos.
"Esto hay que hacerlo con
urgencia. Recuerdo que tal compromiso fue asumido por las autoridades de
Kiev en abril pasado", destacó, en alusión a la insistencia rusa de que
Ucrania se convierta en una federación en la que se respeten los
derechos de los rusohablantes.
Ambos bandos firmaron el pasado
5 de septiembre un alto el fuego, pero los combates no han cesado y, de
hecho, el mando militar ucraniano reconoció que más de 400 soldados han
muerto desde entonces.
Poroshenko y los dirigentes
separatistas podrían reanudar las negociaciones este viernes en Minsk,
aunque estos últimos insisten en incluir en la agenda otros asuntos,
además de la retirada de la artillería y las lanzaderas de misiles de la
zona de seguridad.
Los separatistas insisten en tratar el
gradual levantamiento del bloqueo económico impuesto a las zonas
rebeldes por Kiev y la entrada en vigor de las leyes que conceden tres
años de autonomía a los separatistas y amnistía a los milicianos.
Los rebeldes consideran bloqueo económico la decisión de Kiev de
suspender los servicios bancarios y evacuar a la administración pública
de la zona.
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