Con el país abocado a una recesión económica y
aislado por su papel en la crisis de Ucrania, el presidente ruso,
Vladímir Putin, acusó hoy a Occidente de tratar de hundir a Rusia a
cualquier precio y de intentar levantar un nuevo Telón de Acero.
"Algunos Gobiernos de ciertos países intentan levantar alrededor de
Rusia una especie de nuevo Telón de Acero", dijo en su discurso anual
sobre el estado de la nación, pronunciado en una ceremonia solemne en el
Kremlin, un Putin serio, seguro de sí mismo y bastante desafiante.
Apenas tuvo un resquicio para la humildad cuando reconoció que las
sanciones internacionales impuestas a Moscú tras la anexión de Crimea ya
han hecho daño al país, para advertir a continuación de que vienen
tiempos duros y anunciar algunas medidas liberalizadoras de la economía.
"Hablar con Rusia desde una posición de fuerza es inútil. La política
de contención no fue inventada ayer, se aplica contra nuestro país
desde hace muchos años, siempre, se puede decir que décadas, si no
siglos", dijo el mandatario ante los más de mil invitados de la élite
política.
El discurso de Putin era esperado con impaciencia y
curiosidad habida cuenta de que en el año transcurrido las relaciones de
Rusia con Occidente han caído bajo mínimos, casi tanto como la moneda
nacional el rublo, afectada por las sanciones y el desplome de los
precios del petróleo.
Putin reconoció que las sanciones son
"perjudiciales" para Rusia, pero también para sus iniciadores, y se
mostró convencido de que, incluso sin la anexión de Crimea y la crisis
en Ucrania, Occidente "habría encontrado otro pretexto" para imponerlas.
Precisamente, el líder ruso dedicó la primera parte de su
intervención a defender la actuación del Kremlin en el conflicto de
Ucrania, volvió a reiterar que el cambio de poder en Kiev se debió a "un
golpe de Estado" y calificó la anexión de la península de Crimea, en
marzo pasado, de acontecimiento "histórico" y "sagrado".
"Rusia, de hecho, demostró que es capaz de defender a sus compatriotas,
promover la libertad y la justicia", dijo, en alusión a los separatistas
prorrusos del este de Ucrania, a pesar de que Moscú sigue negando su
implicación oficial en el conflicto.
Por ello, criticó a
Occidente por apoyar al Ejército ucraniano en su represión de la
población prorrusa y afirmó que "ahora intentan convencernos por todos
los medios de que esta es la política más sopesada y acertada, y que
nosotros debemos subordinarnos de manera ciega y sin pensarlo. Esto no
ocurrirá".
Criticó la política de contención occidental y
subrayó que el Ejército ruso "es moderno (...) y, como se dice
habitualmente, educado, pero temible". "Nadie podrá lograr la
superioridad militar sobre Rusia", recalcó.
Putin aludió en su
discurso a los sucesos registrados esta mañana en Grozni, la capital de
Chechenia, donde diez policías y nueve guerrilleros islamistas murieron
en un enfrentamiento que se prolongó durante horas y trajeron una vez
más los ecos de los turbulentos años 90 del pasado siglo en esa
república del Cáucaso ruso.
Recordó que entonces, el apoyo de
Occidente al separatismo chechén "no dejó dudas de que con gusto nos
habrían dejado ir por el camino de la desintegración yugoslava, con
todas las nefastas consecuencias que habría tenido para los pueblos de
Rusia".
Pese a todo, Putin dejó claro que "bajo ninguna
circunstancia nos planteamos suspender nuestras relaciones con Europa y
EEUU", pero anunció que, en estos momentos de dificultades económicas,
"restauraremos y ampliaremos los lazos tradicionales con el sur del
continente americano, continuaremos nuestra cooperación con África y los
países de Oriente Medio".
Entre las medidas que anunció para
superar el difícil horizonte que afronta la economía rusa -abocada a la
recesión en 2015 según las previsiones del Gobierno- destaca una
amnistía fiscal para los capitales que regresen al país.
"Quién legalice sus recursos y propiedades en Rusia, recibirá sólidas
garantías de que no será perseguido por distintos órganos estatales,
entre ellos las fuerzas del orden, ni se le preguntará por el origen del
capital", dijo.
La amnistía será "total", pero se hará "una
sola vez", y agregó que tras la implementación de esa medida Rusia
debería "pasar la página de los paraísos fiscales en la historia de
nuestra economía y de nuestro país".
El presidente ruso acusó,
además, a los especuladores de ser los culpables de la depreciación que
ha sufrido el rublo, que en lo que va de año ha perdido cerca de un 50
por ciento de su valor.
"Pido al Banco de Rusia y al Gobierno
que pongan en marcha acciones duras y coordinadas para aplacar las ganas
de los llamados especuladores de aprovecharse de las oscilaciones del
rublo", señaló el mandatario. "Sabemos quiénes están especulando con el
rublo", advirtió.
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