El ex primer ministro de Polonia Donald Tusk
asumió hoy las riendas del Consejo Europeo para los próximos dos años y
medio, con el propósito de contribuir a que la Unión Europea (UE) vuelva
a crecer, crear empleos y preservar sus valores y su unidad en tiempos
de euroescepticismo y tensiones con Rusia.
En una ceremonia de
traspaso junto a su antecesor, el belga Herman Van Rompuy, quien lideró
durante cinco años el foro que reúne a los veintiocho jefes de Estado y
de Gobierno, Tusk se confesó algo "nervioso" en su primer día de
trabajo y ante el "gran reto" que supone encabezar el Consejo.
El reto es doble, dijo, porque sucede a una persona que "admira"
enormemente por haber buscado incansablemente compromisos, soluciones y
creado confianza entre los líderes para poder sacar adelante los
proyectos.
También porque Van Rompuy ha "ayudado a guiar a
Europa fuera de la tormenta" económica, agregó el político polaco, de 57
años, expresándose en un inglés mejorado tras admitir en la cumbre del
30 de agosto que le eligió que aún no lo dominaba y atreviéndose también
con el francés.
Van Rompuy, sostuvo, "personaliza los
principios europeos tradicionales", como la confianza, el sentido común,
la moderación y la decencia, que también son importantes para él.
Éste le entregó la campanilla con la que el presidente del Consejo
Europeo abre las sesiones de las cumbres y Tusk le regaló una piedra de
ámbar, símbolo de buena suerte en Polonia.
El ex primer
ministro de Polonia (2007-2014) explicó que llega a Bruselas con cuatro
objetivos, empezando por "proteger nuestros valores fundamentales, la
libertad, la solidaridad y unidad contra amenazas que llegan tanto desde
el interior como del exterior".
En un vídeo previo colgado por el Consejo, Tusk sostuvo que "el mayor reto es salvar nuestra civilización".
"No solo euroescépticos están cuestionando los valores de la UE.
Tenemos también enemigos, no solo escépticos. La política ha vuelto a
Europa. La historia ha vuelto y en estos tiempos necesitamos liderazgo y
unidad política", señaló en la ceremonia de traspaso, en lo que ha sido
interpretado como una referencia a la cuestión británica y a la crisis
con Rusia.
En una entrevista hace pocos días al Financial
Times, Tusk afirmó que para el presidente ruso, Vladímir Putin, la UE
"es un problema" y que los Veintiocho deben entender que "Rusia no es
nuestro socio estratégico" sino "nuestro problema estratégico".
Por otro lado, Tusk consideró que la UE necesita "una determinación
implacable para poner fin a la crisis económica" y debe completar la
unión económica y monetaria integral delineada en los últimos años.
"El euro es nuestra ventaja no nuestra desventaja", recalcó el
político polaco cuyo país no pertenece a la eurozona pero quien desde
hoy también ocupa el cargo de presidente del euro y que ha completado el
relevo al frente de las instituciones comunitarias.
Tusk se
propone que la UE sea "fuerte internacionalmente" y que "asegure sus
fronteras y apoye a aquellos en el vecindario que comparten los valores"
del Viejo Continente.
También consideró que las relaciones
entre Europa y Estados Unidos son la "columna vertebral" de la comunidad
de democracias y que el futuro de sus relaciones pasa por el acuerdo de
libre comercio que negocian.
Van Rompuy, por su parte, se
refirió a que su sucesor procede de un país que hace 25 años estaba
separado de la Unión por el telón de acero y que ahora dirige "la
institución más importante de la UE".
El belga consideró que
el Consejo estará en "buenos manos", en las de un político, dijo, con
"experiencia y sabiduría", de un "verdadero europeo, con una mente
abierta y un corazón abierto".
A modo de consejo le recomendó trabajar en la unidad y el consenso y en defender los valores de Europa.
"El este y el oeste, el norte y el sur, los países más grandes y los
más pequeños, los más ricos y los más pobres, los viejos y los antiguos,
todos están unidos por nuestros valores, que hacen nuestro continente
único", dijo Van Rompuy, al tiempo que insistió en que "cabe defender
contra las dudas internas y exteriores y la barbarie fanática".
"Europa solo puede permanecer estable si permanece como un espacio abierto", dijo.
El modelo social de la Unión solo sobrevivirá con un "crecimiento
económico sólido, más empleos y menos igualdad", consideró Van Rompuy,
quien señaló que abandona el cargo con "la conciencia buena del trabajo
realizado".
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