El presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró
hoy que la revolución en Ucrania que condujo en febrero al derrocamiento
del presidente Víktor Yanukóvich "es una lección y una advertencia"
para Rusia.
"Para nosotros, es una lección y una advertencia, y
haremos todo lo posible para que esto nunca ocurra en Rusia", dijo
Putin durante la reunión del Consejo de Seguridad, según informan medios
rusos.
Putin, quien hizo estas declaraciones en víspera del
primer aniversario del inicio de las protestas antigubernamentales en
Ucrania, destacó las "trágicas consecuencias de la oleada de las
llamadas revoluciones de color".
"Qué conmociones han vivido y
viven los pueblos de los países que fueron sometidos a esos
irresponsables experimentos de soterrada y, en ocasiones, burda y
flagrante injerencia en sus vidas", destacó.
Rusia tachó de
"revoluciones de color" a la de las Rosas ocurrida en Georgia en 2003
que trajo al poder a Mijaíl Saakashvili; a la Revolución Naranja
ucraniana de 2004, y a la de los Tulipanes de 2005 en Kirguizistán.
Con respecto al movimiento de protesta conocido como Euromaidán, que
nació el 21 de noviembre de 2013 después de que el Gobierno ucraniano
renunciara a asociarse con la Unión Europea, Putin lo consideró un
"golpe de Estado".
Coincidiendo con el aniversario, el
vicepresidente norteamericano, Joe Biden, llega esta noche a Kiev, donde
se reunirá mañana con el nuevo presidente ucraniano, Petró Poroshenko.
El jefe del Kremlin advirtió sobre las "irreversibles" consecuencias
de la propagación de las ideas extremistas para un país multinacional
como Rusia, por lo que llamó a "erradicar" cualquier brote extremista
que puede provocar un conflicto étnico, social o religioso.
Y
advirtió de que "los llamamientos a revertir violentamente el orden
establecido son muestras directas de pensamiento antipopular y de
extremismo".
"A la hora de defender la libertad de elección,
de asociación y de manifestación, no se puede olvidar la responsabilidad
por sus palabras y acciones", dijo.
Pero negó que la lucha
contra el extremismo signifique la persecución de la oposición, ya que
Rusia "es un país democrático" en el que "los ciudadanos pueden expresar
su opinión" y "tienen derecho a estar en la oposición".
"Lo
esencial es que el proceso de manifestación de las preferencias,
posturas y puntos de vista políticos de los ciudadanos transcurra de
manera civilizada y exclusivamente en el marco de la ley", subrayó.
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