EE.UU. advirtió hoy a Rusia de que si no
ceja en su empeño de "desestabilizar" el este de Ucrania y armar a los
separatistas prorrusos "habrá más consecuencias", en referencia a la
escalada de tensión en esa zona del país tras las elecciones del pasado
día 2 en las regiones de Donetsk y Lugansk.
"Si Moscú sigue
ignorando los compromisos que hizo en Minsk y continúa la
desestabilización y estas peligrosas acciones, los costos para Rusia
aumentarán", dijo hoy la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki,
en su rueda de prensa diaria.
La portavoz condenó "el aumento
de la militarización de Rusia de la región de Donbass mediante el
suministro de tanques y otros equipos pesados para los separatistas",
aludiendo a los informes de la Misión Especial de Seguimiento de la
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
"Los monitores de la OSCE han reportado el movimiento de grandes
convoyes militares de armas pesadas suministrados por Rusia y tanques a
la primera línea del conflicto en los últimos días, y la intensificación
de los bombardeos en gran medida en torno al aeropuerto de Donetsk y
Debáltsevo", agregó.
Psaki, quien indicó que en esa zona los
separatistas habrían decidido romper las líneas territoriales acordadas
en los acuerdos de Minsk hace dos meses, insistió en que "no hay excusas
para estas continúas y flagrantes violaciones" del alto el fuego.
"Si Rusia está verdaderamente comprometida con Minsk y la paz en
Ucrania dejará de alimentar el fuego con nuevas armas y apoyo a los
separatistas, y retirará todo el personal y equipamiento militar ruso de
Ucrania, y recurrirá a sus poderes para detener las violaciones de alto
el fuego, liberar a los rehenes y respetar la frontera internacional",
añadió.
Mientras, Moscú ha negado rotundamente su presencia
militar en las zonas del este de Ucrania sumidas en combates y abogó por
atenerse al régimen del alto el fuego.
Las fuerzas leales a
Kiev y los milicianos separatistas reanudaron el jueves los combates, en
particular en torno a la ciudad de Donetsk, principal bastión rebelde,
pese al alto el fuego que rige en el este de Ucrania desde el pasado 5
de septiembre.
Según distintas fuentes, unas 400 personas,
cifra que incluye a milicianos prorrusos, soldados y civiles, han muerto
en las regiones de Donetsk y Lugansk desde el alto el fuego acordado.
Los combates cobraron fuerza después de las elecciones celebradas el
pasado domingo en ambas regiones secesionistas y que, según Kiev,
minaron los esfuerzos para establecer la paz en el este del país.
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