El gobernador interino de Crimea, Serguéi
Axiónov, advirtió que las autoridades regionales y estatales perseguirán
por ley cualquier acto dirigido a poner en duda la soberanía rusa sobre
la península anexionada en marzo por Moscú.
"Todos los actos
dirigidos a no reconocer la incorporación de Crimea a Rusia, a no
reconocer al líder del país (el presidente ruso, Vladímir Putin), serán
perseguidos por la ley y habrá una postura muy dura al respecto", dijo
Axiónov en una entrevista publicada hoy por el influyente diario ruso
"Kommersant".
El autoproclamado líder crimeo se refirió al
Medzhlís (Asamblea Popular) de los tártaros de Crimea, que no reconoce
los resultados del referéndum sobre la reunificación con Rusia ni las
recientes elecciones al Parlamento regional, como una institución sin
apenas apoyo entre el grupo étnico que representa.
"El
Medzhlís cuenta con el apoyo de entre un 15 y un 20 por ciento de los
tártaros de Crimea", aseveró Axiónov, que al mismo tiempo negó cualquier
autoridad competente al órgano de autogobierno tártaro.
Aunque el Medzhlís existe desde finales de la década de los 80 del siglo
pasado, cuando los tártaros crimeos deportados por Stalin tras la
Segunda Guerra Mundial empezaron a regresar a la península, no goza ni
ha gozado antes de la anexión de Crimea por Rusia de un estatus oficial.
"De iure, el Medzhlís nunca ha existido en Crimea. Nunca estuvo en el
ámbito jurídico de Ucrania ni tampoco lo está en el de Rusia. En
absoluto tenemos ganas de hablar con ellos. Cuando reúnan la
documentación (para registrarse como institución según las leyes rusas),
entonces hablaremos con ellos", aseveró Axiónov.
Por otro
lado, el gobernador de la península reiteró que las autoridades
regionales están decididas a desalojar a algunos tártaros que han
ocupado tierras de manera ilegal.
"Los cuartos para los aperos
en los descampados" deben ser desmantelados, dijo Axiónov, quién agregó
que las personas que ya hayan construido su casa sobre la tierra
ocupada o hayan empezado la construcción podrán legalizar sus viviendas.
Los tártaros, que no llegan a los 300.000 miembros en la península y
representan el 14 por ciento de la población, eran los principales
pobladores de Crimea hasta que el imperio ruso conquistó el territorio
en el siglo XVIII.
Debido a la deportación estalinista por
colaborar supuestamente con la Alemania nazi, los tártaros estuvieron
medio siglo lejos de Crimea, a la que regresaron sólo una vez
rehabilitados tras la caída de la Unión Soviética.
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