Rusia aseguró hoy que no considera una
"prioridad" responder con nuevas medidas económicas al último paquete de
sanciones internacionales impuesto por Estados Unidos y la Unión
Europea.
"Simplemente, no lo estamos discutiendo. No es una
prioridad", aseguró Arkadi Dvorkóvich, viceprimer ministro ruso, a la
prensa local.
Al mismo tiempo, aseguró que Moscú no está
"interesada" en que la actual prohibición a la importación de alimentos,
frutas y verduras occidentales "se prolongue durante largo tiempo".
"Nosotros queremos que la gente tenga diversidad de elección en las
estanterías. Pero lo importante para nosotros es garantizar el
crecimiento de la producción en nuestro país de nuestros propios
productos", explicó.
En todo caso, negó que la citada
prohibición se haya convertido en un "problema crítico" para los
sectores afectados o para los consumidores, aunque reconoció que "los
precios han aumentado".
"Confiamos en que, gracias a los
suministros de América Latina, China y otros países, podamos garantizar
la demanda interna. Habrá otros quesos, otra carne, pero no será peor,
sino diferente", apuntó.
La semana pasada, el presidente ruso,
Vladímir Putin, acusó a Occidente de violar reglas de la Organización
Mundial de Comercio como la libre competencia al sancionar a Rusia, "una
de las seis mayores economías del mundo".
Y encargó el
Gobierno que estudie la posibilidad de introducir nuevas medidas de
respuesta, pero siempre que no perjudiquen a la economía nacional.
Al respecto, Alexéi Uliukáev, ministro de Economía, calificó hoy de
"contraproducente" recurrir a sanciones como respuesta y abogó por
"apoyar a aquellos que cayeron bajo las sanciones internacionales".
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