El primer ministro de Rusia, Dmitri Medvedev
advirtió de que la adopción de nuevas sanciones contra su país supone
una amenaza a la seguridad internacional, en una entrevista publicada
hoy por el periódico "Védomosti".
"Sabemos que las sanciones
primero son económicas, luego siguen las respuestas políticas, que son
siempre asimétricas. Y esto es más terrible que la restricción de
suministros: puede producir la quiebra del sistema de seguridad en el
mundo", subrayó el jefe del Gobierno ruso.
Al mismo tiempo,
expresó su confianza en que los socios occidentales de Moscú no quieren
socavar la seguridad internacional, pues "entre la gente que toma las
decisiones no hay locos".
El viernes pasado, la Unión Europea
consensuó una nueva ronda sanciones contra Rusia por su implicación en
la crisis ucraniana que serán adoptadas formalmente hoy pero que pueden
ser levantadas si el alto el fuego pactado en el este de Ucrania resulta
estable y verificable.
Los Veintiocho acordaron endurecer las
sanciones económicas que pesan sobre Rusia desde julio en los mercados
de capital, defensa, productos de uso dual y tecnologías sensibles,
informaron fuentes diplomáticas.
Medvédev indicó que en un
comienzo Rusia no quiso responder a las medidas occidentales y que la
decisión de prohibir las importación de alimentos de los países que las
adoptaron se tomó después de varias rondas de sanciones.
"Y,
lo que es muy importante, esta decisión política cuenta con el respaldo
de la absoluta mayoría de la población del país", recalcó.
El
primer ministro ruso señaló que las sanciones occidentales pueden
resultar hasta beneficiosas para la economía del país y recordó el caso
de China, que se vio afectada por medidas similares y que "la obligaron a
movilizar sus recursos internos sin romper los lazos con el exterior".
"Esa sanciones, en cierta medida, ayudaron a China", agregó.
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