Ucrania y Rusia pusieron hoy fin al tira y
afloja de los últimos días sobre el convoy ruso con ayuda humanitaria
para la zona de conflicto en el este ucraniano al acordar que el
cargamento será revisado en la frontera por la OSCE y distribuido por la
Cruz Roja.
"La misión circulará por territorio bajo control
rebelde y, tras su llegada a (la zona rebelde de) Lugansk, la
distribución de la ayuda entre la población civil correrá a cargo de la
Cruz Roja", aseguró el portavoz de la Presidencia ucraniana, Sviatoslav
Tsegolko, en rueda de prensa.
La decisión fue tomada por el
presidente, Petró Poroshenko, quien abordó hoy este asunto con el
secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, explicó la fuente.
No obstante, la desconfianza entre ambas partes no ha desaparecido e
incluso Tsegolko no descartó que el convoy ruso sea utilizado como
excusa para una provocación rebelde o una intervención rusa con el
pretexto de socorrer a la población civil.
Durante toda la
jornada, se sucedieron en Kiev las declaraciones sobre que los camiones
rusos pintados de blanco son una treta y que en su interior trasladan a
centenares de efectivos de las fuerzas especial rusas.
Al
respecto, la OTAN advirtió hoy de que cualquier misión humanitaria rusa
que no reciba la luz verde de Ucrania y no esté bajo el control de una
organización internacional sería considerada "una ataque a la soberanía
ucraniana".
Poco importa que la Cancillería rusa tachara hoy
de "absurdas" las acusaciones de que el convoy "es un pretexto para una
invasión del país vecino".
El Gobierno de Moscú asegura que ha
accedido a todas las condiciones planteadas por el de Kiev, desde el
itinerario al hecho de que sean los ucranianos los que escolten el
convoy, y que cederá el cargamento a la Cruz Roja una vez llegue a la
frontera.
El convoy "sigue su recorrido por el territorio de
la Federación Rusa. Todo transcurre en colaboración y bajo la égida de
la Cruz Roja", insistió el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Lo que no aceptó Rusia es que la ayuda fuera descargada y luego
transportada por camiones ucranianos con destino a Lugansk, ciudad
cercada por las fuerzas gubernamentales que lleva casi dos semanas sin
agua, luz, gas o telefonía móvil, y donde aún permanecen muchos niños,
ancianos y enfermos.
Finalmente, y en un intento de agilizar
su distribución, la ayuda humanitaria no entrará en territorio ucraniano
por la región de Járkov, como se preveía en un primer momento, sino que
"pasará por el punto de paso más cercano a esa ciudad ucraniana",
Lugansk.
"Nuestros guardias fronterizos, funcionarios de
aduanas y los representantes de la OSCE podrán registrar ese cargamento
en la frontera ruso-ucraniana", precisó Tsegolko.
El ministro
de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, había anunciado ayer un acuerdo con
Kiev para la entrada de los camiones rusos de la mano de la Cruz Roja en
territorio ucraniano por un punto fronterizo bajo control de las
fuerzas gubernamentales, en Járkov.
Pero el ministro de
Interior ucraniano, Arsén Avákov, aseguraba esta mañana que "a ningún
convoy humanitario de (el presidente ruso, Vladímir) Putin se le
permitirá el paso a través de la región de Járkov".
"La provocación del cínico agresor es inadmisible en nuestro territorio. Esto es oficial", escribió Avákov en su Facebook.
Ya en un tono más comedido, el primer ministro ucraniano, Arseni
Yatseniuk, dijo en una reunión de su Gobierno que Ucrania "puede recibir
ayuda humanitaria sólo en el marco del derecho internacional y de la
Cruz Roja".
El coordinador de la Cruz Roja para las relaciones
públicas, André Lersch, declaró que la organización sigue sin conocer
el contenido exacto de la carga enviada por Rusia y el procedimiento por
el cuál podría entrar la ayuda en territorio ucraniano.
"Hay
muchas cuestiones técnicas pendientes de resolver. Hemos recibido una
descripción general del convoy, pero necesitamos información más precisa
sobre lo que llevan esos camiones", dijo.
Según fuentes
rusas, el convoy incluye 262 camiones que transportan, entre otras
cosas, 400 toneladas de cereales, 100 toneladas de azúcar, 62 toneladas
de alimentos para niños, 54 toneladas de medicinas, 12.000 sacos de
dormir y 69 generadores eléctricos de diversa potencia.
Mientras, Ucrania anunció hoy el envío de su propia ayuda humanitaria
con destino a las regiones rebeldes, donde continúan los combates entre
rebeldes prorrusos y fuerzas gubernamentales.
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