Rusia defendió hoy ante el Consejo de
Seguridad de la ONU que se le permita enviar convoyes humanitarios al
este de Ucrania para apoyar a la población, una idea que Estados Unidos y
otras potencias occidentales rechazaron.
"Proponemos que se
envíen convoyes de ayuda humanitaria rusos con el acompañamiento del
Comité Internacional de la Cruz Roja hacia las regiones de Donetsk y
Lugansk, así como otras aglomeraciones del este de Ucrania donde se
concentran actualmente los desplazados", dijo el embajador ruso, Vitaly
Churkin, en una sesión de urgencia del Consejo.
Rusia,
aseguró, está dispuesta a "obrar con suma transparencia" y propone que
la Cruz Roja siga a los convoyes y supervise la entrega de asistencia a
la población.
Según Churkin, la situación de la población en
el este de Ucrania es "desastrosa" y las autoridades del país "no
parecen interesarse por su destino".
"Nos hemos dirigido a
estas autoridades en varias ocasiones para que establezcan corredores
humanitarios para evacuar a los niños y poder llevar ayuda humanitaria
desde Rusia, pero Kiev se niega", explicó, al tiempo que aseguró que
casi 800.000 personas han cruzado la frontera con Rusia en busca de
refugio.
La propuesta rusa, sin embargo, se encontró con una
clara oposición de Estados Unidos, que recordó que las agencias de la
ONU y las organizaciones no gubernamentales ya están sobre el terreno
ofreciendo asistencia y que podrían aumentar su ayuda siempre que "los
separatistas apoyados por Rusia les den más acceso".
La
embajadora adjunta de EE.UU., Rosemary DiCarlo, defendió que Moscú tiene
en su mano parar el conflicto y detener así el sufrimiento de la
población.
"Rusia puede poner fin a todo esto. Lo más fácil es
que Rusia deje de enviar armas y dinero a los separatistas", dijo
DiCarlo, que planteó que se lleve a cabo una evaluación internacional de
la situación de los ucranianos desplazados en Rusia para tener un
análisis independiente.
En la misma línea, el embajador
británico, Mark Lyall Grant, recalcó que los problemas humanitarios sólo
se registran en las áreas controladas por los separatistas y que han
desaparecido en aquellas zonas recuperadas por las autoridades
ucranianas.
Lyall Grant consideró "irónico" que Rusia sea
quien haya pedido una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad para
tratar una situación humanitaria de la que es en parte responsable.
También Francia opinó que el número de desplazados crece únicamente
por los "combates provocados por los separatistas, que se empeñan en
rechazar la mano tendida por el presidente (Petró) Poroshenko".
Las potencias occidentales y Ucrania instaron a Rusia a que use su
influencia sobre los rebeldes ucranianos con el fin de detener la
violencia.
Además, EE.UU. denunció que "Rusia casi ha
duplicado el número de batallones en la frontera con Ucrania" y exigió a
Moscú que "ponga fin a todos los actos desestabilizadores" en la zona.
Mientras, sobre el terreno, las tropas ucranianas se preparan para
asaltar Donetsk y Lugansk, las capitales del rebelde este prorruso de
Ucrania, que llevan días bajo fuego continuo de artillería.
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