La Unión Europea (UE) quiere conseguir un
impacto significativo en la economía rusa con las nuevas sanciones
sectoriales que ha acordado, pero intenta que su propia economía se vea
lo menos afectada posible a pesar de la interdependencia de ambas.
"Pensamos en minimizar los perjuicios para Europa", dijeron hoy
fuentes comunitarias, que recalcaron que el sensible sector gasístico no
se verá afectado por las restricciones.
El siniestro del
avión de las aerolíneas malasias en territorio del este de Ucrania en
manos de separatistas prorrusos, que causó 298 fallecidos, en su mayoría
europeos, abrió la puerta definitivamente a que la UE y EEUU impusieran
de manera coordinada medidas contra Rusia en las áreas de la economía y
la defensa.
"Las sanciones son siempre una espada de doble
filo, ya que para que sean eficaces no sólo infligen daño en su
objetivo, sino que los países que las imponen también sufren daños",
dijo a Efe el profesor de Energía Global Michael Bradshaw, de la Warwick
Business School.
En esa línea, consideró "idealista" que
Occidente haya apostado por establecer medidas sectoriales que inflijan
un "daño limitado" en sus economías para intentar persuadir a Rusia.
En cambio, el jefe de Investigación Económica de Open Europe, Raoul
Ruparel, aseveró a Efe que las sanciones "tendrán algún impacto en
Europa, pero por ahora el efecto en Rusia parece que va a ser mayor", ya
que la confianza de los inversores rusos sufrirá un revés más
importante.
Las medidas consisten en una restricción del
acceso a los mercados de capitales europeos para los bancos públicos
rusos, un embargo de armas, la prohibición de exportar a Rusia bienes de
uso dual y un veto a las exportaciones de equipamiento para el sector
petrolífero, que no del gas.
"Para que sean efectivas, las
medidas deben significar una pérdida de futuros negocios para las
instituciones financieras, en particular en la City de Londres y en
ciertos sectores exportadores clave", advirtió Bradshaw.
Según
las cifras que maneja la CE, entre 2004 y 2012 las empresas con sede en
Rusia lograron capital por un valor de 48.000 millones de dólares (unos
35.885 millones de euros) a través de bonos o acciones, de los que
16.400 millones de dólares (12.260 millones de euros) fueron emitidos
por instituciones financieras en manos del Estado.
El 47 por
ciento de todos los bonos de las instituciones financieras públicas de
Rusia en 2013 se emitieron en los mercados de capitales de la UE, lo que
representa unos 7.500 millones de euros de un total de 15.800 millones,
añadieron.
El experto Georg Zachmann, del centro de estudios
Bruegel, comentó a Efe que Rusia podría intentar refinanciarse a través
de su Banco Central, aunque eso implicaría "riesgos macroeconómicos,
mayor politización de la economía y una asignación ineficaz".
También puso de relieve que las medidas no afectan a la deuda soberana
dado que "la exposición de algunos bancos europeos es significativa".
Por lo que respecta a las exportaciones de las tecnologías para la
energía, la CE calcula que el impacto será de unos 150 millones de euros
al año.
Europa es especialmente dependiente de Rusia, que la
abastece de un tercio del petróleo que importa, del 39 % del gas y del
26 % de los combustibles sólidos. El suministro de gas de seis Estados
de la UE depende por completo de ese país, según datos del Parlamento
Europeo.
Para Bradshaw, las sanciones a Rusia en el campo de
la energía pueden causar un "daño a largo plazo al sistema energético
global" y comprometer la capacidad de Moscú de suministrar petróleo al
mercado mundial, lo que "agravaría las preocupaciones sobre seguridad
energética en Europa y Asia".
"La cruda realidad es que la UE
no puede permitirse dejar de importar petróleo y gas de Rusia y que, a
más largo plazo, será muy difícil reducir su nivel de dependencia sin
repercutir costos aún más altos a sus consumidores", indicó.
Pero también destacó que Rusia seguirá necesitando a la UE como el
"principal mercado para sus exportaciones de energía", aunque las
expanda hacia Asia.
En lo referente a las armas, Rusia las
exporta a Europa por valor de 3.200 millones de euros anuales y la UE a
Rusia por unos 300 millones, mientras que la Unión vende a la Federación
bienes de uso dual que representan en total unos 20 millones, según
fuentes comunitarias.
Unos volúmenes que Zachmann consideró "relativamente limitados en términos económicos".
Ahora la cuestión es saber si Rusia tomará represalias, comentó
Ruparel, quien recordó que "la frágil recuperación de la eurozona sigue
siendo vulnerable".
"Una escalada (de la tensión) tendría, de
forma asimétrica, mayor coste para Rusia que para la UE", opinó, por su
parte, el experto de Bruegel.
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