Ucrania anunció hoy que continuará su
ofensiva contra los separatistas prorrusos que actúan en el este del
país a pesar de la dimisión del primer ministro, Arseni Yatseniuk, y de
las dificultades para financiar la campaña militar de las que ha
advertido el Gobierno ucraniano.
"Los militares ucranianos no
van a parar por lo sucedido en el Gobierno y en la Rada Suprema
(Parlamento), y la operación para liquidar a los terroristas en el este
de Ucrania va a continuar", dijo hoy el portavoz del Consejo de
Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andréi Lisenko.
La
maquinaria militar ucraniana no se detendrá incluso si la Rada no
aprueba la reforma fiscal para subir impuestos a la población y la
privatización parcial de todos los gasoductos ucranianos, dos leyes
claves, según el Gobierno y el presidente ucraniano, Petró Poroshenko,
para llenar las arcas del Estado.
El ministro de Finanzas
ucraniano, Alexandr Shlopak, advirtió ayer al presentar la reforma
fiscal en la Rada que a partir del próximo 1 de agosto Kiev "no tendrá
cómo pagar a los militares que combaten" en las rebeldes regiones de
Donetsk y Lugansk.
"Existe un fondo de reserva que se nutre
gracias a las autoridades y gracias a que los militares ucranianos usan
de forma racional los recursos que les asigna el Estado", respondió
Lisenko a la advertencia de Shlopak.
El temporal desatado ayer
en Ucrania, primero por la salida de dos partidos de la coalición
parlamentaria que sostenía el Gobierno y horas más tarde por la dimisión
del primer ministro, está lejos de amainar pese a los esfuerzos de
Poroshenko en esa dirección.
Tras conocer la dimisión del
primer ministro, provocada por la ruptura de la coalición y por el
bloqueo del Parlamento a la reforma fiscal y la privatización de los
gasoductos, Poroshenko pidió al presidente de la Rada, Alexandr
Turchínov, que sacara a votación del Legislativo una moción de confianza
al Gobierno de Yatseniuk.
En su carta a Turchínov, militante
del partido Batkivshina al igual que Yatseniuk, el presidente ucraniano
brindó un decidido apoyo tanto al primer ministro dimitido como a la
labor de todo su Gobierno y manifestó su deseo de que el jefe del
Ejecutivo reconsidere su decisión.
Recordó que la dimisión de
Yatseniuk debe ser ratificada por la Rada en un plazo máximo de diez
días, pero pidió a Turchínov que sacara este asunto y también las dos
leyes de la discordia a votación de los diputados hoy mismo.
No obstante, el Parlamento ucraniano no sólo evitó pronunciarse hoy
sobre la dimisión de Yatseniuk por un mero formalismo esgrimido por su
propio partido, sino que además convocó su próxima sesión para el
próximo 12 de agosto tras negarse a incluir en el orden del día las dos
leyes en cuya aprobación insisten el Gobierno y el propio Poroshenko.
El gabinete de ministros cargó contra los diputados por su negativa a
dar luz verde a dos leyes impopulares pero fundamentales, según el
Ejecutivo, para financiar la campaña militar en el este de Ucrania,
pagar sueldos a los funcionarios públicos y reconstruir las ciudades
destruidas por la guerra.
"Hoy no se puede pensar en
elecciones o índices de popularidad. Hoy hay que salvar el país", señala
una nota del Gobierno, cuya dirección ha asumido de manera interina el
viceprimer ministro, Vladímir Groysman.
Batkivshina, el
partido de la exprimera ministra ucraniana Yulia Timoshenko, fue mucho
más allá en la crítica al Parlamento y vertió duras acusaciones contra
UDAR y Svoboda, las dos formaciones que abandonaron ayer la coalición
que sostenía el Gobierno de Yatseniuk.
"La ruptura de la
coalición tras el abandono de UDAR (...) prueba que se ha abierto un
segundo frente contra Ucrania y se ha atestado un golpe por la espalda a
los patriotas que luchan por su soberanía e independencia", leyó en la
Rada una declaración de Batkivshina el jefe de su grupo parlamentario,
Serguéi Sóbolev.
Acusó a los que fueron hasta ayer sus socios
en el Parlamento de contribuir a "un desarrollo de los acontecimientos
que saludan en el Kremlin, porque significa la realización del plan que
tiene para Ucrania (el presidente ruso, Vladímir) Putin.
"En
plena guerra, ha sido provocada una crisis de envergadura y una guerra
política de 'todos contra todos', el país se encuentra al borde de la
ruina", advirtió Batkivshina.
La ruptura de la coalición
parlamentaria fue motivada por UDAR y Svoboda por la reiterada negativa
de Batkivshina de apoyar la disolución de la Rada y la convocatoria de
elecciones parlamentarias anticipadas.
En la nueva situación,
si en un plazo de 30 días no se constituye una nueva coalición de
mayoría, presidente ucraniano podrá disolver el Parlamento y convocar
unos comicios a favor de cuya celebración se ha pronunciado varias
veces.
La crisis institucional coincide con duros combates
entre las fuerzas ucranianas y los separatistas en el este del país,
donde al menos 17 civiles y 13 soldados han muerto en las últimas 24
horas.
Desde hace varios días las tropas gubernamentales
ucranianas han intensificado su ofensiva contra la posiciones de los
sublevados, que se han replegado de varias localidades.
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