El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko,
ordenó hoy un alto de fuego en un radio de 40 kilómetros alrededor del
lugar donde fue presuntamente derribado el Boeing 777 malasio con casi
300 pasajeros a bordo.
"He dado la orden: los militares
ucranianos no deben emprender operaciones ni abrir fuego en un radio de
40 kilómetros alrededor del lugar de la tragedia", dijo el mandatario
ucraniano a los periodistas, tras visitar la embajada de Malasia en
Kiev.
Por su parte, Andréi Purguín, uno de los líderes de los
separatistas de Donetsk, región donde cayó el avión malasio, aseguró que
"los milicianos han garantizado la seguridad en la zona de catástrofe
desde el primer día después del accidente".
"No obstante,
junto al lugar de la tragedia se concentran muchas fuerzas ucranianas.
Me temo que no se podrán evitar escaramuzas locales. Son posibles
provocaciones de la parte ucraniana", advirtió Purguín.
Mientras, Poroshenko volvió a reiterar que los milicianos que custodian
la zona de la tragedia, cuyo epicentro se encuentra junto a la localidad
de Grábovo, en la región oriental de Donetsk, roban las pertenencias de
las víctimas del siniestro, destruyen pruebas e "impiden trabajar a la
comisión de investigación ucraniana".
Los combates entre las
fuerzas ucranianas y los separatistas prorrusos se han intensificado
desde la catástrofe del avión a pesar de que la comunidad internacional
ha pedido una tregua para investigar las circunstancias de la tragedia.
Por otro lado, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y
Defensa de Ucrania, Andréi Lisenko, denunció que varios tanques y
camiones rusos entraron ayer a territorio ucraniano desde Rusia para
apoyar a los separatistas prorrusos que combaten contra las fuerzas de
Kiev.
Según Lisenko, una columna de blindados y camiones trató
de irrumpir en territorio ucraniano a través del paso fronterizo de
Izvárino, en la región de Lugansk.
"Aunque la artillería ucraniana cañoneó la columna, varios tanques y camiones lograron cruzar la frontera", apuntó Lisenko.
En el curso de los combates en la región de Lugansk, epicentro de los
enfrentamientos armados entre los dos bandos desde la rendición de la
ciudad de Slaviansk, las fuerzas ucranianas capturaron a 35 prisioneros.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional subrayó que la mayoría
de los insurgentes capturados son ciudadanos rusos, algunos procedentes
del Cáucaso del Norte.
Los combates llegaron hoy a Donetsk,
con cerca de un millón de habitantes antes del estallido del conflicto,
donde al menos tres personas murieron como resultado de los
enfrentamientos en la zona occidental de esa ciudad, entre la estación
de trenes y el aeropuerto.
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