Un grupo de expertos de la OSCE se convirtió
hoy en el primer equipo internacional en acceder al lugar donde hace dos
días fue derribado el avión malasio en el este de Ucrania, en medio del
temor por la posible destrucción de pruebas y el robo de cadáveres
denunciado por Kiev.
Según pudo constatar Efe, los
investigadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en
Europa (OSCE) se internaron en el campo abierto junto a la localidad de
Grabovo, en la región de Donetsk, donde permanecen desperdigados los
cuerpos de las 298 víctimas del siniestro y los restos del avión.
El grupo, al que ayer le fue denegado el acceso, consiguió hoy
visitar la zona a pie tras mantener una discusión con los milicianos
armados que custodian el lugar, aunque se quejó de las trabas que les
pusieron los rebeldes prorrusos.
"Si ustedes no me dejan hacer
mi trabajo me quejaré a (Alexandr) Borodái (líder de los insurgentes
prorrusos)", se dirigió a un comandante de las milicias el suizo Alex
Hug, jefe de la misión internacional de la OSCE para Ucrania.
Tras casi media hora de discusión, los expertos se resignaron a seguir
la ruta marcada por los milicianos, que les impidieron abandonar la
carretera que corta en dos el descampado salpicado por los restos de la
tragedia con la excusa de no obstruir el trabajo de los servicios de
rescate.
La zona, a unos 80 kilómetros de la capital regional,
Donetsk, ofrece un espectáculo dantesco. Un gran fragmento del fuselaje
del avión deja ver claramente el emblema de la compañía aérea Malaysian
Airlines, a la que pertenecía el avión supuestamente abatido por un
misil tierra-aire, de cuyo disparo Occidente acusa a los insurgentes
apoyados por Rusia.
Otros trozos más pequeños del aparato
están diseminados en una amplia zona entre numerosos cuerpos de hombres
y mujeres que viajaban en el fatídico vuelo. La mayoría, 192, eran
ciudadanos de Holanda, que se encuentra conmocionada por la tragedia.
Decenas de miles de personas de todo el mundo han dejado mensajes de
dolor y de apoyo en los registros de condolencias creados en Holanda en
memoria de las víctimas, entre ellos el exsecretario general de la ONU
Kofi Annan, que ha firmado hoy en el libro de condolencias abierto en el
aeropuerto de Schiphol en Amsterdam.
Desde Kuala Lumpur, el
ministro de Transporte de Malasia, Liow Tiong Lai, reclamó hoy que se
proteja la integridad de la zona donde se encuentran los restos a través
de un "corredor seguro".
"Es importante que no se comprometa
la integridad del lugar del accidente y que se garantice que no se
retiran pruebas de la escena", dijo en una rueda de prensa.
Según el ministro, que viajará hoy a Ucrania, "el mundo tiene la
obligación moral de garantizar que los restos (de los fallecidos) son
retirados con respeto (...) necesitamos ayuda para garantizar que no se
manipula la zona ni las pruebas. Esperamos que la justicia prevalezca".
El presidente de EEUU, Barack Obama, confirmó ayer que, según la
información de inteligencia en su haber, el avión que había salido de
Amsterdam con destino a Kuala Lumpur fue abatido por un misil
tierra-aire lanzado desde un área controlada por los separatistas
respaldados por Rusia en Ucrania.
Obama no involucró
directamente a Moscú, pero aseguró que "no es posible para esos
separatistas operar de la forma que lo hacen (...) sin equipo
sofisticado y un entrenamiento sofisticado y ambos proceden de Rusia".
El mandatario coincidió, en sendas llamadas telefónicas, con el
primer ministro británico, David Cameron, y la canciller alemana, Angela
Merkel, en que Moscú afrontará sanciones adicionales si no deja de
alentar la inestabilidad en Ucrania.
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