Los separatistas prorrusos, expulsados de
Slaviansk por las fuerzas ucranianas, se preparan para dar la batalla
por Donetsk y Lugansk, las capitales de las dos regiones homónimas que
suman entre ambas un millón y medio de habitantes.
Las
milicias de Slaviansk y sus alrededores dejaron esta madrugada las
últimas ciudades de la zona, que se rindió el sábado tras más de dos
meses de encarnizados combates, y trasladaron todas sus fuerzas al área
de Donetsk, una de las urbes más importantes y prósperas de toda
Ucrania.
El jefe de las milicias de Slaviansk, Ígor Strelkov,
identificado en Kiev como el oficial de la inteligencia militar rusa
Ígor Guirkin, anunció que sus hombres se disponen a preparar la "defensa
activa" de Donetsk, "mucho más cómodo de defender que el pequeño
Slaviansk".
En una de sus primeras acciones para consolidar
sus posiciones en la capital, los sublevados atacaron una unidad de
elite del Servicio Penitenciario del Estado (SPE) acuartelado en
Donetsk.
"Un gran grupo de terroristas ataca el cuartel de las
fuerzas especiales para hacerse con sus armas. Los nuestros se
defienden disparando", escribió en su cuenta de la red social Facebook
el jefe del SPE, Serguéi Stárenki.
Los militares ucranianos
también tienen sus planes para actuar en las dos capitales, en manos de
los separatistas, donde ya han descartado emplear la aviación y el fuego
de artillería pesada.
La táctica de las fuerzas ucranianas
"excluye bombardear las ciudades", dijo hoy el secretario general del
Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andréi Lisenko.
"Las acciones en las ciudades es un minucioso trabajo para los cuerpos de elite ucranianos", añadió.
El ministro de Interior ucraniano, Arsén Avákov, recalcó hoy que las
tropas "seguirán avanzando todos los días", de acuerdo con un "plan de
acción elaborado por el Estado Mayor".
En Luganks, donde ya
hace semanas que los combates entre los dos bandos han llegado a los
barrios periféricos de la ciudad, muy próxima a la frontera con Rusia,
algunas zonas residenciales fueron atacadas hoy con fuego de artillería
procedente de las posiciones de los insurgentes, según Kiev.
"Los terroristas atacan con fuego de artillería zonas residenciales en
las proximidades de la estación ferroviaria y la estación de autobuses
de Lugansk", denunció el gabinete de prensa de las fuerzas ucranianas.
Atemorizado por la perspectiva de que los combates lleguen a la
capital de su región, el gobernador de Donetsk designado por Kiev,
Serguéi Taruta, pidió a las autoridades ucranianas que negocien con los
rebeldes y no permitan que el derramamiento de sangre llegue a una
ciudad en la que vive un millón de personas.
No obstante, el
Gobierno ucraniano y el propio presidente del país, Petró Poroshenko, no
parecen dispuestos a frenar la operación militar relanzada hace seis
días, después del alto el fuego que regía desde el pasado 20 de junio.
El jefe del Consejo de Seguridad Nacional aseguró hoy en rueda de
prensa que, por orden expresa de Poroshenko, ya no habrá más ceses de
hostilidades unilaterales, a menos que los rebeldes entreguen las armas y
liberen a los prisioneros.
Las condiciones para un nuevo alto
el fuego expuestas por Lisenko poco tienen que ver con las ofrecidas
por el presidente ucraniano hace tres días en una conversación que
mantuvo con el vicepresidente de EEUU, Joseph Biden.
Entonces,
Poroshenko accedió a negociar con los separatistas y a restablecer el
alto el fuego si éstos se comprometían a respetarlo plenamente y a
liberar a los prisioneros, pero no les exigía que depusieran las armas.
"Los acontecimientos de los últimos días demuestran (...) que la
decisión de dar por concluido el alto el fuego fue la correcta. Los
guerrilleros no lo apoyaron y ahora afrontan y seguirán afrontando un
justo castigo por ello", aseveró ayer Poroshenko en un tono poco
conciliador.
El mandatario dejó claro que sus órdenes a los
militares ucranianos no han cambiado y el objetivo sigue siendo
"estrechar el cerco a los terroristas y continuar con la operación para
liberar las regiones de Donetsk y Lugansk".
Este sábado
concluyó el plazo acordado a mediados de semana por Kiev, Moscú, París y
Berlín para celebrar la tercera ronda de consultas del llamado grupo de
contacto para la crisis ucraniana, integrado por Rusia, Ucrania, la
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y los
separatistas prorrusos.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: