El Estado Islámico de Irak y el Levante
(EIIL), que ha puesto en jaque a Bagdad al hacerse con extensas zonas
del norte y el oeste del país, declaró hoy el "califato islámico" y a su
líder, Abu Bakr al Bagdadi, como "califa de todos los musulmanes".
Esta proclamación coincidió con la llegada de una muy necesitada
ayuda militar para las fuerzas gubernamentales, que recibió hoy cinco
cazabombarderos modelo Sukhoi 25, procedentes de Rusia, para tratar de
recuperar parte del terreno perdido con los insurgentes.
Los
aviones rusos estarán disponibles dentro de cuatro días, después de que
Estados Unidos rechazase enviar al Gobierno iraquí cazas similares que
había pedido.
Se prevé que los cazas ofrezcan cobertura aérea a
la campaña que las Fuerzas Armadas han lanzado por tierra para retomar
algunas de las plazas clave que perdieron desde el 10 de junio, cuando
una súbita desbandada militar permitió a los rebeldes controlar Mosul,
la segunda ciudad del país, y Tikrit, al norte de Bagdad.
Los
insurgentes suníes, encabezados por el EIIL controlan ahora buena parte
del norte y del oeste de Irak, que además han conseguido enlazar con el
territorio que los yihadistas dominan en el este y el norte de Siria.
En su instauración del califato, el EIIL, una escisión radicalizada
de Al Qaeda, ha cambiado su denominación al prescindir de "Irak y el
Levante", por lo que pasa a llamarse únicamente "Estado Islámico".
La aspiración de este sistema político, extinguido desde comienzos
del siglo XX con la desaparición del califato otomano en Turquía, es
vertebrar a toda la comunidad de creyentes musulmanes bajo el gobierno
de un único califa, máxima autoridad política y religiosa.
Por
ello, el Estado Islámico proclama en su edicto "Esta es la promesa de
Dios" a su líder Ibrahim ibn Awad, más conocido como Abu Bakr al
Bagdadi, como "imán y califa para los musulmanes de todo el mundo".
"Aclaramos que, con esta declaración de califato, es imperativo para
todos los musulmanes jurar lealtad al califa Ibrahim y apoyarle", dice
la organización yihadista.
El califato no entiende de
fronteras políticas ni divisiones administrativas que no sean las
recogidas por la "sharía" (ley islámica), por lo que la declaración
"anula la legalidad de todos los emiratos, grupos, estados y
organizaciones por la expansión de la autoridad del califa y la llegada
de las tropas a sus áreas".
El grupo proclama que la tierra
bajo el control del califato se extiende en la actualidad desde Alepo
(en el noroeste de Siria) a Diyala (en el este de Irak), aunque insiste
en que todos los musulmanes están "obligados a jurar lealtad al califa
Ibrahim y a apoyarle".
En uno de los principales bastiones
insurgentes, Tikrit -cuna del difunto Sadam Husein y capital de la
provincia de Saladino-, las Fuerzas Armadas aseguraron hoy haber
controlado la universidad de la ciudad y que en la ofensiva lanzada la
víspera para recuperar esa ciudad han abatido a unos 70 insurgentes.
El portavoz del Ejército, general Qasem Ata, explicó en su diaria
rueda de prensa que sus tropas avanzan en Saladino, aunque los datos
ofrecidos no pueden ser verificados de forma independiente.
Una fuente de seguridad consultada por Efe discrepó de esa versión e
informó de que las fuerzas que salieron ayer de la ciudad de Samarra, al
sur de Tikrit, se detuvieron en la localidad de Makishifa, 25
kilómetros antes de llegar a su destino.
La fuente explicó que
las tropas gubernamentales encuentran grandes dificultades para avanzar
hacia Tikrit a causa de la resistencia de los insurgentes y de la "gran
cantidad" de artefactos y de minas antipersona plantadas por los
insurgentes.
Mientras, al menos 9 civiles murieron hoy en una
ofensiva aérea del Ejército iraquí en la provincia de Saladino, donde 21
policías fueron secuestrados por los rebeldes suníes, informaron a Efe
fuentes médicas y de seguridad.
Si en el plano militar el
Gobierno en funciones de Nuri al Maliki se está topando con grandes
dificultades, no menos está hallando en la crisis política, con un
Parlamento que debe reunirse el próximo martes para comenzar a elegir un
nuevo Ejecutivo.
Sin embargo, la Coalición Nacional, alianza
laica, decidió hoy boicotear la primera sesión del nuevo Parlamento, lo
que amenaza la posibilidad de hallar quórum para que la reunión pueda
celebrarse.
La coalición, presidida por el ex primer ministro
Iyad Alaui, ha tomado esta decisión por la "distribución de altos cargos
por cuotas sectarias, la injerencia regional en los asuntos internos y
la subestima de las demandas populares", según un comunicado.
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