La OTAN y Rusia celebraron hoy una reunión de
embajadores, la segunda desde que estalló la crisis en Ucrania, en la
que dejaron patente que mantienen puntos de vista divergentes sobre el
origen de esa crisis y cómo resolverla.
El Consejo OTAN-Rusia
celebrado hoy, el primero que tiene lugar desde el pasado 5 de marzo,
fue convocado a petición de Moscú para abordar la situación en Ucrania y
presidido por el secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen.
"El secretario general concluyó que está claro que hay
fundamentalmente diferentes puntos de vista sobre esta crisis, sus
orígenes, lo que está pasando ahora y cómo debería resolverse", indicó a
la prensa la portavoz de la OTAN Oana Lungescu al termino del
encuentro.
Agregó también que prácticamente intervinieron todas las delegaciones en un clima "muy franco".
Los ministros de Exteriores de la OTAN decidieron el pasado abril
suspender la cooperación práctica con Rusia a raíz de la anexión de la
península ucraniana de Crimea por parte de Moscú, aunque se dejó abierto
el canal del diálogo diplomático y la posibilidad de celebrar este tipo
de reuniones.
Rasmussen abogó por que todos trabajen por una
solución "que respete la legalidad internacional", incluyendo la
integridad territorial y la soberanía de Ucrania, y "que contribuya a la
paz y seguridad euro-atlántica", indicó la portavoz.
Preguntada por la razón de la convocatoria de esta reunión, Lungescu
manifestó que "el objetivo era intercambiar opiniones como parte del
debate" en el Consejo OTAN-Rusia.
"Quedó muy claro que los
puntos de vista sobre la crisis en Ucrania siguen estando muy
separados", apuntó, al tiempo que añadió que los aliados reiteraron su
"fuerte y clara" posición acerca de la "legítima e ilegal" anexión de la
península ucraniana de Crimea por parte de Moscú.
En la
reunión, los miembros de la OTAN aseguraron que nunca reconocerán esa
anexión a la vez que elogiaron las elecciones presidenciales celebradas
en Ucrania, que consideraron un "claro voto en favor de la unidad" del
país.
Además, instaron a Rusia a comprometerse
constructivamente con las nuevas autoridades ucranianas y a respetar sus
compromisos internacionales con idea de detener el flujo de armas a
través de la frontera, dejar de apoyar a los separatistas armados en
Ucrania y retirar "totalmente y de manera verificable" sus tropas de la
frontera ucraniana, explicó la portavoz.
Lungescu afirmó que
en el Consejo OTAN-Rusia de hoy "todo el mundo escuchó la posición de
los demás" y hubo un "franco intercambio" de ideas.
"La única
conclusión es la que ha sacado el secretario general sobre que lo mejor
que podemos hacer es trabajar por una solución que respete la legalidad
internacional", concluyó.
Preguntada por la posibilidad de que
se celebren nuevas reuniones, la portavoz indicó que "la decisión
corresponde a los países".
Afirmó que entre los 29 países
miembros del Consejo OTAN-Rusia (los 28 aliados y Rusia) "todos tienen
la misma voz, así que los 29 tienen que acordar que es necesario
reunirse".
Fuentes diplomáticas afirmaron que, aunque no consideraban "trascendental" esta reunión, sí que suponía "un cambio".
El Consejo OTAN-Rusia se ha celebrado después de que Moscú haya
iniciado el repliegue de las tropas que tenía acumuladas en las
proximidades de la frontera con Ucrania, un gesto bien acogido por la
OTAN.
De unos 40.000 soldados rusos que llegaron a estar
desplegados frente a la frontera ucraniana, actualmente quedan aún cerca
de 10.000, según las mismas fuentes.
Los ministros de Defensa
de la OTAN se reunirán mañana en Bruselas para abordar la situación de
la crisis ruso-ucraniana y sus implicaciones a medio plazo para la
seguridad y defensa colectiva de los aliados, entre otros asuntos.
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