La autoproclamada república popular de
Donetsk declaró ayer el estado de guerra en ese territorio tras la
reanudación de la ofensiva de las fuerzas gubernamentales ucranianas
contra los bastiones prorrusos del este del país.
"A partir de
la medianoche estamos en estado de guerra. Nuestro objetivo prioritario
es limpiar nuestro territorio de fuerzas ocupantes", afirmó Denís
Pushilin, líder de la república separatista, citado por las agencias
rusas.
Pushilin hizo este anuncio después de que el ministro
de Interior de Ucrania, Arsén Avákov, adelantara que la operación
antiterrorista contra los rebeldes se reanudará tras las elecciones
presidenciales del domingo.
"Las elecciones han concluido. No
han logrado sabotearlas. Hemos ganado. Ahora defenderemos el resultado",
escribió Avákov en su cuanta de la red social Facebook.
El
ganador de las presidenciales, el magnate Petró Poroshenko, abogó por
entablar un "diálogo directo" con la población del este del país y
prometió que le garantizará el libre uso de la lengua rusa con un
estatus oficial.
Y no descartó que la ceremonia de
inauguración se celebre en el Donbass, cuenca hullera ucraniana que
incluye a las regiones insurgentes de Donetsk y Lugansk.
Al
mismo tiempo, descartó cualquier clase de diálogo con los milicianos
insurgentes, aunque se mostró dispuesto a amnistiar a aquellos que
depongan las armas, siempre y cuanto no hayan cometido crímenes graves
desde el estallido de la sublevación prorrusa a principios de abril.
"Aquellos que quieren convertir al Donbass en Somalia, que no
defienden ni los derechos ni la federalización, que se arrogan el
derecho a robar y matar, con esa gente no puede haber ninguna
negociación", dijo.
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