El presidente ruso, Vladímir Putin, sometido a
la presión occidental por la crisis ucraniana, pidió ayer a las empresas
que "no cedan al chantaje" e inviertan en Rusia, al tiempo que abrió la
puerta a colaborar con el poder que surja de las elecciones del domingo
en el vecino país.
"Mi mensaje es que piensen en las ventajas
y en los beneficios de hacer negocios en Rusia. No cedan al chantaje ni
a la presión, y les ayudaremos", dijo Putin, al concluir una sesión en
el Foro Económico Internacional de San Petersburgo en la que respondió a
preguntas de directivos de compañías extranjeras.
El jefe de
Kremlin se refería a las presiones que supuestamente ejercieron varios
gobiernos occidentales, como EEUU, para lograr que algunos de los
grandes grupos empresariales cancelaran a última hora su asistencia a
esta cita, la más importante reunión de negocios en este país y que en
los últimos años se consolidó como el Davos ruso.
Aunque
reconoció algunos efectos adversos por las sanciones económicas
impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea a Rusia en castigo por
la anexión de Crimea y la revuelta prorrusa en el sureste de Ucrania,
Putin advirtió de que estas medidas "tienen un efecto bumerán y a la
postre se vuelven contra los países que las imponen".
Señaló
que desea que la Unión Europea siga siendo un socio comercial clave de
Rusia y dijo comprender la preocupación de las empresas extranjeras que
han invertido en Rusia cientos de miles de millones de dólares.
"¿Acaso en aras de una política inconsistente las empresas exitosas
deber sufrir pérdidas y entregar a sus competidores sus posiciones y un
enorme mercado?", preguntó.
La crisis ucraniana, a dos días de
los comicios presidenciales, marcó esta 18 edición del Foro, hasta el
punto de que Putin dedicó gran parte de su diálogo con los empresarios a
defender los pasos adoptados hasta ahora por Moscú.
Para
Putin, no hay duda de que en Ucrania hay "una guerra civil en toda
regla" como consecuencia del "golpe de Estado" que la oposición
ucraniana dio al presidente Víktor Yanukóvich por haber aplazado la
firma de un tratado de asociación con la Unión Europea.
"Nosotros estuvimos argumentando, de manera civilizada, que eso (la
asociación de Ucrania con la UE) no se correspondía con nuestros
intereses...Después se decidió aplazar la firma y se produjo un golpe de
Estado apoyado por nuestros socios estadounidenses y europeos. ¿Qué
ocurrió luego? Caos, y ahora vemos una guerra civil en toda regla",
subrayó.
"Apoyaron el golpe de Estado y no solo con
pastelitos", incidió Putin sacando a relucir una vez más el polémico
paseo de la secretaria de Estado adjunta de EEUU, Victoria Nuland, por
el Euromaidán de Kiev.
Defendió de nuevo la anexión de la
península de Crimea a la Federación Rusa, alegando que "se evitó una
tragedia peor que la de Odessa", la ciudad a orillas del mar Negro
ucraniano donde cerca de 50 manifestantes prorrusos murieron "quemados
vivos" en un incendio supuestamente provocado por activistas pro Kiev.
No obstante todo ello, Putin concedió hoy, por primera vez, que Rusia
respetará los resultados porque desea una salida de la crisis.
"Vamos a respetar y reconocer el voto que expresen los ucranianos",
señaló Putin, aunque subrayó que para Moscú, el depuesto mandatario
Víktor Yanukóvich "sigue siendo el presidente activo" de Ucrania.
Pero dijo que Rusia estará dispuesta a trabajar con los órganos de
poder que se conformen en Ucrania después de las elecciones
presidenciales.
"Estamos interesados en que en nuestras
fronteras occidentales, en nuestra hermana Ucrania, y lo digo sin
ironía, se establezcan la paz, el orden y la tranquilidad", reiteró
Putin, quien exigió que "todas las acciones militares sean suspendidas
inmediatamente después de las elecciones".
Explicó que los
contactos con Kiev se ven dificultados por la operación de castigo que
llevan a cabo en el sureste de Ucrania, bastión de la insurrección
prorrusa.
Putin también acusó a Ucrania de abusar "de su
posición de país de tránsito de nuestro gas a Europa" y de poner en
peligro el suministro por el impago de una deuda con el gigante ruso
Gazprom de más de 3.500 millones de dólares.
El exministro de
Finanzas ruso Alexéi Kudrin, uno de los hombres de confianza de Putin,
declaró que las palabras de éste sobre Ucrania y las relaciones de Rusia
con Occidente son lo más importante que ha ocurrido en este Foro.
"Esperaban (esa palabras), porque en el Foro a todos les preocupa que
los planes y los vínculos que se han establecido pudieran destruirse.
Entendemos que es una expectativa, un deseo, pero hoy ya hay más
esperanza en que se arregle la situación y en volvamos al cauce normal
de trabajo", dijo.
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