El Parlamento de Hungría dio hoy su visto bueno a un polémico acuerdo multimillonario con Rusia para la ampliación de la planta nuclear de Paks, en contra de las protestas de la oposición y organizaciones civiles.
El gobernante partido Fidesz, de orientación nacionalista conservador, aprobó este acuerdo valorado en unos 12.500 millones de euros gracias a su mayoría de dos tercios de que dispone en la Cámara.
Mientras que los partidos opositores de la izquierda votaron en contra, los extremistas del partido Jobbik votaron a favor.
La votación se tuvo que interrumpir, ya que los ecologistas del LMP protestaron contra la ley con unas sirenas que imposibilitaron el trabajo en la sala.
El gobierno anunció la semana pasada que clasificará por 10 años como secreto varios detalles del acuerdo.
Las principales incógnitas del tratado son si existe un estudio preliminar sobre la eficacia económica del proyecto, qué cargos impone el préstamo ruso por 10.000 millones de euros y si se analizó la posibilidad del uso de energías renovables en vez de la atómica, señala hoy el influyente diario "Népszabadság".
La organización ecologista "Energiaklub" anunció hoy que iniciará un proceso legal para forzar la desclasificación de los datos relacionados con la ampliación de Paks.
Sin licitación pública previa, el primer ministro, Viktor Orbán, firmó el pasado 14 de enero con el presidente ruso, Vladímir Putin, el acuerdo para ampliar la única planta nuclear del país.
Orbán asegura que la situación de Hungría no cambia tras la firma del acuerdo con Moscú y que la independencia del país no se verá afectada por el mismo.
"Sin la planta de Paks no hay economía húngara", ha advertido el primer ministro, que agregó que la energía nuclear es una de las bases de la competitividad del país.
Según una encuesta reciente del instituto Medián, el 51 por ciento de los húngaros apoya la ampliación de capacidades de la planta nuclear, mientras que el 56 por ciento está en contra con que el proyecto se realice por Rusia.
La central nuclear de Paks, a unos cien kilómetros al sur de Budapest, tiene cuatro reactores de hasta 500 megavatios de potencia cada uno, construidos en la década de 1970 y produce más del 40 por ciento de la energía consumida en Hungría.
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