Madrid, 26 ene (EFECOM).- El vicepresidente y
consejero delegado del grupo hotelero Meliá, Gabriel Escarrer, ve en
Rusia y el este de Europa la "asignatura pendiente" de su cadena,
presente ya en cuarenta países, y solo espera tener "un buen socio y un
buen proyecto" para abordarla.
"Rusia es complicado y, sobre
todo, tendremos que asegurarnos de que tenemos el socio adecuado en el
emplazamiento adecuado y con el producto adecuado", señala en una
entrevista con Efe con motivo de la Feria del Turismo de Madrid, Fitur.
"Hemos investigado, hemos hecho todo tipo de alianzas, pero al final
siempre nos hemos echado atrás, porque, ante todo, el crecimiento tiene
que ser cualitativo, estratégico y sostenible. No quiero comprar
problemas para el futuro", añade.
El directivo no duda al
citar entre esos emplazamientos adecuados Moscú y San Petersburgo, que
supondrían, a su juicio, la mejor "tarjeta de presentación" para el
deseado mercado ruso, pero también ve en Kiev, donde tienen lugar
actualmente protestas masivas contra el Gobierno, "un lugar donde a
medio plazo" debería estar su grupo.
El grupo Meliá, que ha
anunciado la apertura en los próximos 18-24 meses de 56 hoteles -25 en
Europa, 20 en Latinoamérica y 11 en Asia- quiere crecer, como compañía
vacacional, en el Mediterráneo, el Caribe y el sudeste asiático, y como
urbana, en las principales capitales de Europa, Latinoamérica, EEUU y
China.
"A mí me gustan mucho Alemania, Reino Unido, Francia y Colombia, donde me gustaría crecer mucho más", indica el directivo.
Pero también hay países donde no tienen pensado entrar, aquellos donde haya "inestabilidad política, social y económica".
"Hay muchos países tanto en África como en Latinoamérica con esos
problemas y ahí como compañía no vamos a destinar recursos en seguir
creciendo", añade.
A juicio del consejero delegado de Meliá,
el modelo de la compañía de ir más a gestión es el que ha propiciado el
crecimiento que ha registrado en los últimos años.
Actualmente, el 23 % del portfolio de Meliá es en propiedad, un
porcentaje que ven lógico que en dos años se sitúe en un 16-17 %, no
sólo por la venta de activos, sino "por la gran incorporación de hoteles
en gestión".
El grupo Meliá va a desprenderse de activos por
alrededor de 100 millones de euros anuales en 2014 y 2015, que serán una
combinación de establecimientos vacacionales y urbanos, apunta
Escarrer, que no cree que entre ellos "haya mucho de afuera".
Para Escarrer, el porcentaje de un 16-17 % en propiedad es en el que se
sienten "cómodos" y si baja será porque continúen creciendo de forma
significativa los contratos en gestión, "no porque vayamos a
desprendernos de más activos".
El grupo, que destinó unos 41-42 millones de euros a seguir actualizando su producto, prevé una cifra similar para este año.
A su juicio, la industria hotelera española no está invirtiendo "lo
suficientemente" en la mejora del producto y apuesta por la calidad.
"Hemos vivido el último año y medio de muchos clientes prestados, que
estaban predestinados a irse al norte de África. Es una oportunidad
única para poder fidelizarlos", considera.
En su opinión, el
trabajo hecho por su grupo en Calviá Beach (Mallorca), reposicionando un
destino maduro, "es parte de lo que debería hacer la industria
turística vacacional en destinos maduros", como pueden ser Torremolinos,
en Málaga o San Bartolomé de Tirajana, en Gran Canaria.
Escarrer no cree que sea fácil volver al nivel de precios de 2007,
"sobre todo para la hostelería urbana" y aunque la hostelería vacacional
"se recuperará antes", no cree que en los próximos dos-tres años veamos
"los niveles precrisis".
Pero, recalca, los grupos hoteleros
no deben "esperar a cobrar" para llevar a cabo la apuesta por la
innovación, sino hacer un sacrificio y que "entre los pocos recursos que
tengan que prime sobre todo la mejora y la apuesta por la calidad".
EFECOM
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