Moscú, 13 dic (EFE).- Una casa "invertida",
con el tejado clavado en la nieve que cubre el principal centro de
exposiciones de Moscú, se ha convertido de la noche a la mañana en una
atracción turística.
"He viajado mucho por el mundo. Vi una
casa en uno de los países que he recorrido y me encantó la idea. Lo
quise llevar a cabo en Rusia y por fin lo conseguí", dijo a Efe el
empresario Alexánder Donskói, autor de la iniciativa.
Agregó
que tardó 45 días en erigirla: "batimos el récord mundial frente a los
114 días que habían tardado los polacos en hacer lo mismo".
La
vivienda, de madera y con un tejado a dos aguas, tiene dos pisos que
cuentan con una habitación para niños, un salón, un comedor, un
dormitorio y un cuarto de baño.
Nada más entrar por la puerta
uno tiene sensación de vértigo, no tanto por el hecho de que los muebles
estén pegados al techo, sino por una ligera inclinación del suelo,
hecha especialmente para agudizar la ilusión.
"Aquí todo es
natural. Todo fue comprado en tiendas habituales, no hay cosas
artificiales. Tenemos cereales y comida. De voltear la casa, se podría
vivir aquí. Hasta hay vodka y champán", dijo Donskói.
Relató
que, con los pocos días que lleva abierta la nueva atracción de la
capital rusa, algunos visitantes ya han tratado de colgarse sobre los
muebles pegados y suspendidos del techo y han roto algunos accesorios.
"La gente trata de entender cómo está sujetado. Ya han arrancado una
albóndiga de un plato y un chorizo del refrigerador", dijo el
empresario.
Agregó que tiene planeado construir otra casa igual en la antigua capital zarista, San Petersburgo.
Aunque "es muy parecida a una real", Donskói duda de que alguien pueda vivir en esa construcción, ni siquiera él mismo.
"Me costaría dormir aquí, ya que la cama está en una posición un poco
rara para mí. Está encima de mí, mientras yo estoy acostumbrado a
tenerla debajo", bromeó. EFE
Todos los derechos reservados por Rossiyskaia Gazeta.