Arturo Escarda
Moscú, 11 ene
(EFE).- Cientos de miles de creyentes rusos esperan hasta diez horas en
una cola de varios kilómetros para ver los Regalos de los Reyes Magos de
Oriente al niño Jesús, una de las mayores reliquias de los cristianos
ortodoxos que se expone estos días en la Catedral de Cristo Salvador de
Moscú.
Desde que el oro, la mirra y el incienso sagrados
llegaran a la capital rusa desde el santuario donde se custodian hace
más de cinco siglos, cerca de 200.000 personas han entrado ya en uno de
los principales templos de la ortodoxia rusa para rendirles culto.
"Es la primera vez en la historia que esta reliquia sale de Grecia.
Había salido del Monte Athos para viajar a otras ciudades griegas, pero
nunca había salido del país", dijo a Efe el monje y sacerdote Nikandr,
del Monasterio de San Pablo del Monte Athos.
Peregrinos
venidos de toda Rusia pasan a diario por el templo moscovita desde el
pasado 6 de enero, día en que se celebra la Nochebuena rusa, y seguirán
haciendo hasta el próximo lunes, cuando los Regalos que llevaron los
tres emisarios de Oriente al hijo recién nacido de Dios sigan su viaje
hasta el monasterio Novodévichi de San Petersburgo, donde se expondrán
durante otros cuatro días.
"Estamos todos muy sorprendidos por
la fuerza de la fe del pueblo ruso. Esperábamos que hubiera mucha gente
pero no tanta. Estamos muy emocionados", aseguró el monje Nikandr.
Sólo ayer viernes, al menos 51.000 personas accedieron a la catedral, según la policía de Moscú.
Tras diez horas de espera a poco más de cero grados centígrados,
temperaturas anormalmente cálidas para el riguroso invierno ruso aunque
no por ello menos frías, los fieles tienen apenas un segundo para tocar o
en el mejor de los casos besar el cofre en el que se guardan las
ofrendas al niño Jesús.
Únicamente los niños más pequeños y
los discapacitados acceden a la iglesia sin hacer cola, por lo que se
libran de aguantar durante horas el frío húmero y la lluvia que se han
adueñado de Moscú.
Cosacos y policías guardan la entrada a la
catedral, mientras que cientos de voluntarios y médicos atienden a los
creyentes tanto en la cola, que se extiende varios kilómetros a lo largo
del paseo del río Moscova, como en el templo, donde algunos han tenido
que ser ayudados al verse desbordados por la emoción.
El
fervor religioso, calificado de poco menos que fanático por muchos
psiquiatras rusos, ya se apoderó de Rusia y concretamente de Moscú hace
apenas cinco meses, cuando cientos de miles fieles hicieron cola también
a la catedral de Cristo Salvador para ver la cruz en la que fue
supuestamente crucificado el apóstol San Andrés.
En 2011,
similares colas bíblicas -cerca de un millón de personas- se formaron en
Moscú para venerar en aquella ocasión un cinturón que habría tejido la
Virgen María, algo que no se había visto desde que Yuri Gagarin se
convirtiera en 1961 en el primer astronauta de la historia.
Así explica la reciente moda en la religión de los rusos el psiquiatra
Lev Sheglov: "Nuestra sociedad está desorientada. Incluso aquellos que
consideran sinceramente que nuestras autoridades son maravillosas, en
los más profundo creen en motivaciones personales secretas (del poder),
como enriquecimiento, robo o conjura".
"Estar allí, dejarse
ver, colgar una foto en Instagram, todo es un tributo a la moda. Hay
restaurantes de moda, cines de moda. La religión ortodoxa ocupa el mismo
lugar en el subconsciente de la gente. (...) ¿Para qué trabajar todos
los días y perfeccionarse a uno mismo? Es más fácil pedir un milagro",
añade el escéptico Viacheslav Tarásov, también psiquiatra.
Según la leyenda, citada por Nikandr, los Regalos de los Reyes Magos
"fueron traídos al Monte Athos por la princesa Mara, hija del rey serbio
Jorge, en el año 1470".
"Era la madrastra de (el sultán
turco) Mejmed II, que conquistó en 1453 Constantinopla y se hizo con
todos sus tesoros", poniendo fin al Imperio Bizantino.
Mara
logró salvar la reliquia cristiana de las manos del conquistador otomano
y la entregó al monasterio de San Pablo, uno de los veinte santuarios
ortodoxos del Monte Athos griego, lugar sagrado para los cristianos
ortodoxos de todo el mundo.
La península de Athos, aunque
forma parte del Estado griego, cuenta con una amplia autonomía desde
1924 que le permite, entre otras cosas, prohibir la entrada de mujeres
en su territorio, proclamado como el Estado Monástico Autónomo de la
Montaña Sagrada y habitado únicamente por poco más de dos mil monjes
ortodoxos.
Los supuestos Regalos de los Reyes de Oriente se
conservan en forma de 28 pequeños colgantes de oro ornamentados con
filigranas, cada uno de distinta forma, de los que cuelgan sobre hilos
de plata piezas compuestas de mirra e incienso. EFE
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