La Unión Europea (UE) dejó claro hoy que su
oferta de asociación con Ucrania sigue sobre la mesa, pero evidenció una
cierta división respecto a las consecuencias que la crisis en ese país
tendrá en las relaciones con Rusia.
Los ministros de
Exteriores de la UE, a su llegada a la reunión que celebran hoy en
Bruselas, mantuvieron en su mayoría un tono conciliador con Kiev y
defendieron que el Gobierno ucraniano es quien debe decidir si quiere
sellar el acuerdo de asociación y libre comercio negociado con la UE.
"Reino Unido sigue a favor de una relación más estrecha entre la UE y
Ucrania", dijo el responsable británico de Exteriores, William Hague,
que insistió en que "la puerta sigue abierta" para Kiev.
El
titular español José Manuel García-Margallo defendió que la UE sigue
dispuesta a firmar el acercamiento con Ucrania y aseguró que su
paciencia es "casi infinita".
El sueco Carl Bildt, uno de los
más críticos con las políticas de Kiev, confirmó que la UE está
preparada para firmar el acuerdo de asociación "en cualquier momento".
También el ministro holandés, Frans Timmermans, defendió la
conveniencia de mantener los contactos con Ucrania para tratar de
resolver la situación, a pesar de que el domingo la Comisión Europea
(CE) anunció la suspensión de esas conversaciones mientras no haya un
compromiso claro del presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich.
"No hay razón para suspender los contactos", señaló Timmermans, que
criticó al comisario europeo de Política de Vecindad, Stefan Füle, por
anunciar la suspensión a través de un mensaje en Twitter.
La
jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, defendió el acuerdo
negociado con Kiev y se mostró convencida de que es posible dar
respuesta a las preocupaciones de Ucrania en lo que respecta a los
problemas económicos a corto plazo que se le pueden plantear.
La unidad de los Veintiocho, sin embargo, no es tan clara en cuanto a
las consecuencias que la crisis ucraniana puede tener para las
relaciones con Moscú.
Ashton aseguró que la situación no
debería tener un impacto negativo en la relación UE-Rusia, aunque señaló
que es necesario estudiar "seriamente" cómo toman decisiones terceros
países, en alusión a las supuestas presiones rusas sobre Ucrania.
Hague señaló la importancia de que Kiev "pueda decidir sin presiones
externas", aunque reconoció que la crisis supone "una tensión" en las
relaciones con Rusia.
Bildt defendió que sí habrá "un
impacto", pues Rusia ha lanzado una "gran campaña de propaganda basada
en desinformación y, a veces, en claras mentiras" en contra del acuerdo
UE-Ucrania.
Además, denunció la "presión económica" ejercida
por el Kremlin sobre los ucranianos y aseguró que hoy le dirá a Lavrov
que sus declaraciones más recientes en la televisión rusa, cuando se
mostró muy crítico con la postura de la UE en Ucrania, "son
incorrectas".
La postura de Bildt coincide con la de varios de
los países excomunistas del centro y este de la Unión, que son los más
críticos con Moscú, según fuentes diplomáticas.
Otros
ministros, como García-Margallo y Timmermans subrayaron que la situación
en Ucrania no debería en ningún caso afectar a la relación con Rusia.
"Las relaciones con Rusia se han mantenido siempre estables y
esperamos que se mantengan siempre estables", aseguró el ministro
español.
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