El Dinamo Kiev, rival del Valencia en la Liga
Europa, es un equipo histórico que busca recuperar la gloria perdida de
la mano del legendario Oleg Blokhín, el elegido para acabar con la
sequía de títulos del club ucraniano.
Tres títulos de liga en
las últimas doce temporadas son un duro golpe para el orgullo del equipo
que dominó el fútbol soviético después de la Segunda Guerra Mundial y
el ucraniano hasta la irrupción del multimillonario Shakhtar Donetsk.
Tras el enésimo fiasco de la temporada pasada, la directiva del club
dijo basta y decidió tirar la casa por la ventana con varios fichajes
que se han convertido automáticamente en titulares para Blokhín.
La directiva del club confía en que el legendario futbolista del
Dinamo, camiseta que defendió entre 1969 y 1988 y con la que logró el
Balón de Oro en 1975, logre reverdecer viejos laureles con el equipo de
sus amores.
Bajo el mando de Blokhín y con Shevchenko como
gran estrella, la selección ucraniana alcanzó los cuartos de final del
Mundial de Alemania en 2006, mientras en la pasada Eurocopa organizada
por Ucrania y la vecina Polonia, los ucranianos no pudieron pasar de la
primera fase.
En su segunda temporada al frente del equipo
tras dejar el equipo nacional, Blokhín decidió renovar el equipo con
varios futbolistas prometedores procedentes de otras ligas, aunque el
alma del equipo sigue siendo el ucraniano Andréi Yarmolenko.
Zurdo nato, el internacional ha sido nombrado mejor jugador del año en
Ucrania, a la que estuvo a punto de llevar a su segunda Copa Mundial,
aunque finalmente los eslavos cayeron en la repesca ante la Francia de
Ribery y Benzema, que remontó el 2-0 de la ida.
Con un
endiablado disparo desde fuera del área y una gran potencia física,
Yarmolenko demostró en la eliminatoria mundialista que es un jugador de
talento, pero le falta personalidad y fondo físico.
La
renovación no ha dado por el momento sus frutos, aunque en las últimas
semanas el equipo parece haber mejorado sus prestaciones y ya es segundo
en la liga, a cinco puntos del líder, el Shakhtar, y con los mismos
puntos que el tercero y cuarto, el Metallist y el Dnipro de Juande
Ramos.
El equipo ucraniano ya ha iniciado su receso invernal,
por lo que no disputará ningún partido oficial hasta que se enfrente al
equipo valenciano el próximo 20 de febrero.
Eso es un arma de
doble filo, ya que los ucranianos llegarán frescos de piernas, pero poco
rodados, aunque a bien seguro de que disputarán varios partidos de
preparación durante su particular pretemporada en enero y febrero.
Pasan los años y el titular en la portería sigue siendo el veterano
en mil batallas Alexandr Shovkovski, que cumplirá 39 años en enero y al
que Blokhín aún no ha encontrado un sustituto de garantías.
El
Dinamo ha reforzado la defensa con el internacional austríaco Alexandr
Dragovic, de 22 años, que está acompañado en el centro por el más
experimentado Khacheridi, internacional con su país.
El
manilla en el centro del campo la lleva el portugués Miguel Veloso,
compañero de selección de Cristiano Ronaldo, y que es escoltado por el
joven Sindorchuk o por el croata Vukoevich, que ha regresado al equipo
tras una breve cesión en el Spartak Moscú.
Con la excepción de
Yarmolenko, de ahí para adelante todos son novedades con respecto a la
temporada pasada, aunque el ucraniano Gúsev suele disponer también de
muchos minutos.
El jugador más desequilibrante, junto a
Yarmolenko, es el marroquí Belanda, que disputó la Copa de África con su
país en 2012 y que en el equipo ucraniano juega de 10, justo detrás del
delantero centro.
Como segundo delantero Blokín suele optar
por el holandés Lens, que militó durante las últimas tres temporadas en
el PSV Eindhoven y que es internacional con su país, aunque no tiene
garantizado un puesto para Brasil.
Los goles corresponden esta
temporada al congolés Mbokani, procedente del Anderlecht belga, y no ha
defraudado, ya que ha marcado diez goles en lo que va de temporada,
entre liga, copa y competiciones europeas.
En la recámara
espera su oportunidad el nigeriano Ideye, quien, tras una buena
temporada de debut, agotó el año pasado la paciencia de Blokhín, quien
le condenó al banquillo.
Además de la excesiva juventud de la
plantilla, uno de los principales problemas del Dinamo Kiev es la frágil
salud de Blokhín, quien ya tuvo que dejar provisionalmente el banquillo
en octubre de 2012 tras ser ingresado con un cuadro de hipertensión.
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